viernes, 18 de junio de 2010

LIBRES DE LA LEY

Por Alberto Valdivia
Sermón dominical

Texto: Gálatas 2:11-21


La ley es el conjunto de mandamientos, normas morales y ceremonias dadas por Dios para el pueblo de Israel con el propósito de que puedan cumplirlas, y de esa manera alcanzar la salvación. Sin embargo, este objetivo no se cumple en el hombre, por los siguientes motivos:

Tratar de cumplir la ley puede producir hipocresía (v.11-14). Pedro y otros discípulos trataron de agradar a quienes buscaban salvarse a sí mismo cumpliendo la ley. Pablo les muestra su error, les hace ver como al tratar de cumplir la ley lo único que producen es hipocresía, ya que al no poder cumplirla terminan creando una apariencia de pureza que no es genuina

La ley no puede salvarnos ni transformarnos (v.15-16). La ley es perfecta pero el hombre es pecador, incapaz de cumplirla y hacer lo bueno, por ello la ley no logra salvar al hombre, no porque no pueda hacerlo sino porque nosotros no podemos cumplirla. Jesús es el único que cumplió íntegramente la ley, demostrando que la ley es eficaz cuando hay santidad

La ley hace que quede en evidencia nuestro pecado (v.17). La ley nos hace concientes de lo que es malo y al tratar de huir del mal y no poder hacerlo, terminamos dándonos cuenta cuan pecadores somos; pero a la vez, la ley declara la condenación que opera en contra de quienes hacen lo malo, y al no poder evitar el mal en nosotros, esa ley termina condenándonos.

La ley no nos libera del pecado, solo la gracia que viene por Jesús (18-21). Jesús al cumplir la ley, no solo nos dejó ejemplo, sino que transfirió su justicia a nosotros cuando creímos y nos unimos a él (2Corintios 5:21), y gracias a esa justicia, Dios derramó en nosotros su gracia, la cual nos perdona y libera. También al morir en la cruz, Jesús llevó la maldición de la ley que nos correspondía llevar, librándonos de la condenación (Gálatas 3:13). La salvación viene al unirnos a Cristo por la fe, al morir al pecado y a la ley, y al entregar nuestras vidas a él.

Volver al sistema de la ley es edificar aquello que Cristo destruyo y rechazar la gracia.
Esto no significa que nosotros vivimos como mejor nos parezca, sin cumplir ningun norma, la ley que cumple hoy el cristiano es la ley del amor (Gálatas 6:2), la cual es la expresión de nuestra fe.

Los mandamientos del Antiguo Testamento son vigentes en la medida que son coincidentes con el evangelio de la gracia que se nos revela en el Nuevo Testamento, pero no cumplimos esos mandamientos como quien cumple una regla, sino por amor y con amor, que es la ley y nuevo mandamiento que Cristo nos dejó (Juan 13:34), además los cumplimos como expresión de nuestra fe y entrega a Dios, no como un medio de salvación.

Los cristianos no estamos bajo el sistema de la ley, sino bajo la gracia, pero la expresión de esa gracia que actua en nosotros consiete en agradar a Dios mostrando en nuestras vidas una conducta que este conforme a sus mandamientos. Cumplimos los mandamientos porque tenemos a Dios en nuestras vidas, y el amor que él ha derramado en nosotros nos impulsa a amarlo y amar a los demás, y eso siempre se mostrara en una conducta acorde con sus mandatos.

viernes, 11 de junio de 2010

LIBRES DE TRADICIONES HUMANAS

Por Alberto Valdivia Cier
Sermón dominical

Texto: Gálatas 1:11-24














Tradiciones son costumbres o creencias que un grupo humano practica de generación en generación. Por medio de ellas desarrollamos una identidad y una escala de valores como sociedad humana. Lo negativo de las tradiciones es que nos esclaviza a costumbres humanas, que por más buenas que sean, no representan la verdad, sino que muchas veces la obstaculiza.

El evangelio no es tradición de hombre sino revelación de Dios (v.11, 12). El evangelio no son creencias o ideas humanas sino el mismo pensamiento de Dios, debemos de recibirlo como tal. No es una ideologia o una tradición humana sino principios que viene directamente del cielo. Además, el evangelio no es solo una idea, es principalmente una experiencia (Pablo primero experimentó a Jesús, luego razonó el mensaje del evangelio). Recibir el evangelio es recibir a Jesús en nuestras vidas para luego comprender su mensaje. A esto Pablo le llama revelación. Revelación es el acto por el cual Jesús se muestra a nosotros, tocando nuestro corazón y mostrandonos la verdad, en cambio las tradiciones son solo costumbres humanas

El evangelio nos libera del fanatismo de las tradiciones (v.13, 14). Las tradiciones nos hacen pensar que nuestras creencias son las correctas y las de los demás están equivocadas, genera pugna y el deseo de imponer y defender nuestras ideas, y eso nos esclaviza. El evangelio no es una tradición, no debemos de imponerla ni humillar a los demás a través de ella, la proclamamos y dejamos que ella misma ilumine. El evangelio nos libera de la esclavitud del fanatismo y la intolerancia, nos lleva más bien a amar a los demás; es gracia pura, que busca unir a los hombres

El evangelio transforma, las tradiciones no cambian a nadie (v.15-24). Pablo no vio a ningún apóstol, por lo tanto no podemos decir que fue “manipulado” o “convertido” por alguien, fue el propio Cristo quien le habló al corazón y genero la transformación. El evangelio cambia el corazón, hace que dejemos el mal camino, pero no lo hace a la fuerza, toca nuestra conciencia y libremente lo aceptamos. La tradición se impone, no llega al alma, no cambia desde dentro, solo trabaja la apariencia. No hagamos del evangelio una tradición, dejemos que actúe libremente

viernes, 4 de junio de 2010

SERIE DE MENSAJES JUNIO - JULIO

LIBRES EN JESÚS
La libertad cristiana
(Reflexiones en la carta a Los Gálatas)

Libres de tradiciones humana – Domingo 13 Junio
Libres de la ley – Domingo 20 Junio
Libres para ser hijos de Dios-
Domingo 27 Junio
Libres para hacer el bien-
Domingo 4 de Julio
Libres de las apariencias - Domingo 11 Julio

NO SE LO PIERDAN