Sermón del domingo
Por Alberto Valdivia Cier
Lucas 13:1-9
El pecado nos aleja de Dios y de su bendición, nos roba el gozo y la paz del corazón y nos hace vulnerables al mal. Tenemos que arrepentirnos para ser libres de todo pecado y permitir que el perdón de Dios nos alcance.
Dios nos empuja al arrepentimiento (v. 1-5) Muchas circunstancias negativas de nuestras vidas son producidas por el pecado. Algunas adversidades y catástrofes suceden como advertencias y corrección por nuestra mala conducta. Dios permite estas cosas para llevarnos al arrepentimiento. Muchas veces somos como el mulo que necesitamos de las riendas para ser atraídos a Dios (Salmo 32:9)
Dios nos da oportunidad para el arrepentimiento (v. 6-9) El pecado nos inutiliza, nos convierte en obstáculos en el plan de Dios, mereceríamos ser desechados y puestos aparte, pero Dios en su infinita bondad nos da oportunidad para el arrepentimiento, no ejecuta justicia contra nosotros sino que en su misericordia nos da tiempo para que reaccionemos.
Dios espera nuestro arrepentimiento (v.3,5) Arrepentimiento es dar la espalda al pecado para volverse a Dios. Es un cambio de actitud., es decir no al mal y sí al bien. Para que exista verdadero arrepentimiento es necesario una evaluación profunda de la vida (Apocalipsis 2:5), un reconocimiento genuino de los pecados cometidos (Salmo 5l:31) y experimentar vergüenza y rechazo al mal cometido (Esdras 9:6).
Dios es inmensamente misericordioso, nos da tiempo para el arrepentimiento, debemos de confesar nuestros pecados y recibir su perdón.
viernes, 12 de marzo de 2010
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