Por el Rev. Alberto Valdivia Cier
Texto: Mateo 14:22-33
Cuando subieron a la barca, se calmó el viento, y los que estaban en la barca lo adoraron diciendo: Verdaderamente tú eres el Hijo de Dios.
La fe es el medio que Dios a establecido para mantener y desarrollar nuestra comunión con Él, y para recibir sus bendiciones, pues “sin fe es imposible agradar a Dios" (Hebreos 11:6). Un creyente que tiene una fe débil siempre mostrará ansiedad, temor por los problemas, inconstancia, inseguridad y una actitud negativa y pesimista de la vida. En cambio el creyente que tiene una fe fuerte mostrará una confianza ciega en lo que Dios a prometido en su palabra y por ello tendrá una actitud tranquila y positiva ante los problemas de la vida. Todos debemos de anhelar tener una fe fuerte y firma, pues esa es la clave para tener una vida cristiana victoriosa. Aprendamos cuales son los principios básicos para desarrollar nuestra fe y fortalecer nuestra confianza en Dios.
Tenemos que evitar llenarnos de temor. Los discípulos tuvieron miedo, su temor le hizo ver exageradamente la situación (creyeron que Jesús era un fantasma), gritaron y se desesperaron, Jesús les dice: Cálmense. En cualquier circunstancia que pasemos debemos buscar la calma, pues en la calma y quietud la fe se manifiesta, en el temor e intranquilidad la fe se opaca. El temor nos hace ver "fantasmas" donde no lo hay y en ese estado de perturbación lo único que surge son malas decisiones. Por eso lo primero que debemos de hacer es orar, y pedir al Señor su paz, pues sobre el fundamento de la paz la fe se podrá desarrollar. Busquemos en la Palabra de Dios la motivación para nuestra fe. Pedro quiere andar sobre las aguas pero necesita que Jesús diga una Palabra, Jesús le dice "ven", y entonces Pedro pone su fe en la Palabra escuchada y camina sobre las aguas, este procedimiento es el que debe ponerse en acción para desarrollar nuestra fe. La escritura dice que la fe es por el oír la Palabra (Romanos 10:17), la Palabra de Dios es la que nos impulsa a creer, la que motiva y desarrolla nuestra confianza en Dios, leámosla, meditémosla y vivámosla, de esa manera nuestra fe se hará cada vez más fuerte. No veamos las dificultades que nos rodean, más bien pongamos nuestros ojos en Jesús. Pedro caminaba muy bien sobre las aguas mientras ponía su atención en Jesús, pero cambió su mirada y la dirigió a su alrededor, se llenó nuevamente de temor, inmediatamente se hundió. Debemos de aprender a no mirar nuestras circunstancias sino a Dios en medio de las circunstancias. ¿Si Abraham hubiera persistido en ver la vejez e infertilidad de su esposa, nunca hubiera tenido fe en que Dios le daría un Hijo? ¿Si Moisés hubiera persistido en mirar su tartamudez nunca hubiera tenido fe en que Dios lo usaría para liberar a su pueblo? Dejemos de mirar las imposibilidades y pongamos nuestra confianza en el Dios que todo lo puede. Debemos de convencernos que Dios está de nuestro lado, que aún en los momentos más oscuros Él está allí para alumbrarnos. Pedro se hunde pero Jesús le extiende su mano. Recordemos que Dios siempre está con nosotros para ayudarnos. David escribe en el Salmo 23 "aunque ande en valle de sombra de muerte, tú estarás conmigo", Él nunca nos desampara, por eso debemos de caminar sintiéndonos siempre acompañados de nuestro Dios, eso hará que nuestra fe sea firme. Hagamos lo mismo que los apóstoles, doblemos nuestras rodillas y adorémosle por su presencia y cuidado para con nosotros.
Oración
Señor, quiero confiar eternamente en ti, quiero sentirme un niño entre tus brazos de Padre
Preguntas para profundizar
1. ¿Cuáles son las circunstancias que te dan más temor en la vida?
2. Lee Romanos 4:19-21 ¿Qué hizo Moisés para vencer su incredulidad? ¿Qué puedes hacer tú para vencer tu incredulidad y temores?