Resumen por Alberto Valdivia
INTRODUCCIÓN: Este material es un resumen del libro "Una Vida con Propósito". Es un excelente material que le ayudará a encontrar el verdadero propósito de tu vida.
TEMA 1. ¿PARA QUE ESTOY AQUÍ EN LA TIERRA?
Todo comienza con Dios
“Todo fue creado por medio de él y para él” (Colosenses 1:16)
Si deseas saber por qué te pusieron en este planeta, debes empezar con Dios. Naciste por su voluntad y para su propósito
“En su mano está la vida de todo ser viviente” (Job 12:10)
No encontrarás el sentido de tu vida buscando en tu interior…no te creaste a ti mismo, por lo tanto no hay manera de que puedas decirte para que fuiste creado…Dios es tu punto de partida, tu creador. Existes tan solo porque él desea que existas. Fuiste creado por Dios y para Dios, y hasta que lo entiendas, tu vida no tendrá ningún sentido. Sólo en Él encontramos nuestro origen, nuestra identidad, nuestro sentido, nuestro propósito, nuestro significado y nuestro destino.
La manera más fácil de entender el propósito de un invento es preguntar al inventor. Lo mismo ocurre cuando quieres saber la razón de la vida: pregúntale a Dios.
No eres un accidente
Tus padres no te planificaron; Dios lo hizo…mucho antes de que fueras concebido por tus papás, fuiste diseñado en la mente de Dios.
Dios diseñó cada característica de tu cuerpo. Eligió tu raza a propósito, el color de tu piel, tu cabello y cualquier otro detalle. Hizo tu cuerpo a la medida, tal y como él lo quería. También dispuso todos los talentos naturales que posees y la singularidad de tu personalidad.
“No te fue oculto el desarrollo de mi cuerpo mientras yo era formado en lo secreto…tus ojos vieron mi cuerpo en formación, todo eso estaba escrito en tu libro. Habías señalado los días de mi vida cuando aún no existía ninguno de ellos”. (Salmo 139:15,16)
Aún más impresionante es el hecho de que Dios decidió como nacerías. Dios planeo crearte a pesar de las circunstancias de tu nacimiento y quienes serían tus padres.
¿Por qué hizo Dios todo eso? ¿Por qué se tomó la molestia de crearnos? Porque es un Dios de amor…fuiste creado como un objeto especial del amor de Dios, Él te hizo para poder amarte.
Si no hubiera Dios, todos seriamos unos accidentes, el resultado fortuito de una lotería astronómica en el universo. Pero hay un Dios que te creo por un motivo, y tu vida tiene una profunda razón de ser. Encontramos el sentido y el propósito solo cuando tomamos a Dios como punto de partida en nuestras vidas.
¿Qué guía tu vida?
Todos tenemos algo que guía nuestras vidas. La mayoría de los diccionarios definen el verbo guiar como “mover, conducir o empujar”. ¿Qué es lo guía tu vida?
A muchos le guía la culpa. Se pasan toda la vida huyendo de sus errores y ocultando su vergüenza. Quienes cargan culpas son controlados por sus recuerdos. Permiten que su futuro sea controlado por su pasado. Sin darse cuenta, se castigan a sí mismo.
Somos el resultado de nuestro pasado, pero no tenemos que ser prisioneros del mismo.
"Feliz el hombre a quien sus culpas y pecados le han sido perdonados por completo" (Salmo 32:1)
A otros les guía la ira y el resentimiento. Se aferran a heridas que nunca logran superar. El resentimiento siempre te daña más a ti que a la persona con la que estás resentido. Mientras la persona que te ofendió quizás olvide la ofensa y siga su vida, tú continuas hirviendo de dolor, perpetuando el pasado
“Entregarse a la amargura o a la pasión es una necedad que lleva a la muerte” (Job 5:2)
A otros les guía el temor. Sus temores pueden ser el resultado de una experiencia traumática, de falsa expectativas, de haber sido criados en un hogar de disciplina rígida o incluso de una predisposición genética.
El temor es un tipo de cárcel que tú mismo te impones, impidiéndote llegar a ser lo que Dios desea que seas.
“La persona que ama no tiene miedo. Donde hay amor no hay temor. Al contrario, el verdadero” (1Juan 4:18)
A otros le guía el materialismo. El deseo de adquirir se convierte en la meta principal de sus vidas. El mito más común respecto al dinero es que cuanto más tengas, más seguro estarás, serás más feliz y más importante.
Esto no es cierto, las posesiones sólo proveen felicidad temporal, no te da ninguna seguridad, las riquezas se pueden perder por muchas razones que están fuera de tu control.
A muchos los guías la necesidad de ser aceptados. Permiten que las expectativas de sus padres, cónyuges, profesores o amistades controlen sus vidas. Viven preocupados siempre por el que dirán.
Tratar de agradar a todo el mundo es una clave del fracaso
Nada de estas cosas nos trae seguridad o nos lleva al camino de la satisfacción. Dios debería de ser el impulso de nuestras vidas, la razón de nuestro existir, la fuerza que nos anima. Él está listo a guiarnos y encaminarnos en cada aspecto de nuestras vidas
“Porque tú eres mi roca y mi castillo, por tu nombre me guiarás y me encaminarás” (Salmo 31:3)
“Dios es el que me ciñe de fuerza, y quien despeja mi camino” (2Samuel 22:33)
Creados para vivir para siempre
Todos los seres humanos tenemos un instinto que anhela la inmortalidad. Buscamos trascender, dejar huellas permanentes en nuestras vidas. La razón de esto es que Dios te hizo a su imagen para vivir eternamente. Dios ha plantado la eternidad en el corazón de los hombres
“Todo lo hizo hermoso en su tiempo, y ha puesto eternidad en el corazón de los hombres” (Eclesiastés 3:11)
La vida aquí en la tierra es solo el ensayo antes de la verdadera actuación. Estarás más tiempo en la eternidad que aquí.
Tus valores cambian cuando vives a la luz de la eternidad. Haces uso de tu dinero y de tu tiempo de una forma más sabia. Le das un valor mucho más alto a las relaciones y al carácter, que a la fama, a la fortuna o a los logros.
Si toda la vida consistiese solo del tiempo que estarás aquí en la tierra, entonces tendrías que darte el gusto de dedicarte completamente a ti mismo porque a la larga tus actos no tendrían repercusión alguna. Pero esto no es así, la muerte no es el fin de todo, hay consecuencias eternas por todo lo que hagas en la tierra.
Para aprovechar tu vida al máximo debes mantener en mente la visión de la eternidad, y el valor de la misma en tu corazón. La vida es mucho más que vivir el momento
¿Como es la vida desde la perspectiva de Dios?
Nuestro tiempo en la tierra, nuestro ímpetu, inteligencia, oportunidades, relaciones y recursos son todos dones que Dios nos ha confiado para cuidar y administrar. Somos mayordomos de todo lo que él nos da.
Dios es el dueño de todos y de todo en la tierra.
“Del Señor es la tierra y todo cuanto hay en ella, el mundo y cuanto lo habitan” (Salmo 24:1)
No poseemos nada en nuestra breve estadía en la tierra. Dios nos presta la tierra mientras estamos aquí. Era propiedad de Dios antes que llegaras y se la prestará a otro cuando mueras.
Nunca olvides de que todo lo que tienes en tu vida en realidad le pertenece a Dios. Tú eres solo el cuidador, el albacea, el mayordomo. Tienes el privilegio de disfrutarlo pero también la responsabilidad de usarlo debidamente de la manera que Dios quiere que lo uses.
Al fin de tu vida en al tierra serás evaluado y recompensado de acuerdo a la manera en usaste lo que Dios te confió.
“A todo el que se le ha dado mucho, se le exigirá mucho; y al que se le ha confiado mucho, se le pedirá más” (Lucas 12:48b)
La vida es una experiencia temporal
La vida comparada con la eternidad es extremadamente breve, no vas a estar aquí por mucho tiempo, así que no te apegues demasiado a ella.
“Señor, recuérdame cuan breve es mi tiempo sobre la tierra. Recuérdame que mis días están contados y que mi vida se acaba” (Salmo 39:4)
“Estoy de paso en este mundo” (Salmo 119:19)
Los verdaderos creyentes saben que la vida es mucho más que los pocos años que vivimos sobre la tierra. Nuestra identidad está en la eternidad y nuestra patria es el cielo.
Cuando entiendas esta verdad dejarás de preocuparte por “tenerlo todo” en la tierra
Para evitar que nos aferremos demasiado a esta tierra, Dios permite que experimentemos algún grado de incomodidad y tristeza en nuestras vidas, o sea, anhelos que nunca serán satisfechos de este lado de la eternidad. ¡No somos completamente felices aquí, porque no se supone que lo seamos! La tierra no es nuestro hogar final, hemos sido creados para algo mejor
No te aferres a esta vida, disfrútala haciendo lo bueno, pero pon tus ojos y expectativa en la eternidad, esa será tu morada final.
“Nosotros somos ciudadanos del cielo, y estamos esperando que del cielo venga el salvador, el Señor Jesucristo” (Filipenses 3:20)
El sentido de la vida
El objetivo final del universo entero es darle la gloria y honor a Dios
“Porque de Él y para Él son todas las cosas. A Él sea la gloria para siempre” (Romanos 11:36)
“Somos su pueblo, creado para su gloria” (Isaías 43:7)
Vivir para la gloria de Dios es el mayor logro que podemos alcanzar en nuestras vidas. Dar gloria a Dios significa agradarle con nuestras vidas y con nuestros actos.
Es hora de definir este asunto. ¿Para quién vivirás? ¿Para ti o para Dios?.
Si decides vivir para él tienes que creer que Dios te ama y te creo para sus propósitos. Cree que no eres un ser nacido por accidente. Cree que fuiste creado para durar para siempre. Cree que Dios te eligió para que tuvieras una relación con Jesús. Cree que sin importar lo que hayas hecho, Dios quiere perdonarte.
Luego, acepta a Jesús como tu Señor y Salvador. Acepta el perdón de tus pecados
“El que acepta y confía en el Hijo, participará de todo, tendrá una vida plena y para siempre” (Juan 3:36)
PREGUNTAS PARA REFLEXIÓN:
1. ¿Ha pensado o sentido confusión acerca del propósito de su vida?
2. ¿Por que cree usted que la gente intenta descubrir el propósito de su vida sin volverse a Dios, su creador?
3. ¿De que manera cambiaría su vida si comenzara a vivir cada día con la confianza en que Dios le ama profundamente y tiene un propósito para su vida?
TEMA 2. FUISTE CREADO PARA AGRADAR A DIOS
“Porque tú creaste todas las cosas; existen y fueron creadas para ser de tu agrado” (Apocalipsis 4:11)
El propósito primario de la vida debiera ser agradar a Dios. Todo lo que hagas para complacer a Dios es un acto de adoración
Le agradamos cuando le adoramos
“El Señor se complace en los que le adoran, en los que confían en su gran amor” (Salmo 147:11)
Adoración no es lo que hacemos con nuestros labios, es lo que hacemos con nuestras vidas. Todos los cantos, las oraciones y las alabanzas son en vano si no van unidas a un cambio y compromiso personal
Le agradamos cuando decidimos amarlo
Jesús dijo: “Ama al Señor tu Dios con todo tu corazón, con toda tu alma y con toda tu mente…Este es el primero y el más importante de los mandamientos” (Mateo 22:37-38)
Tener comunión con Dios, aprender a amarlo y ser amado por él, debería ser el mayor objetivo de nuestra vida. No hay ninguna otra cosa que tenga tanta importancia
Le agradamos cuando nos rendimos a Él
“Así que debemos someternos completamente a Dios” (Santiago 4:7)
El corazón de la adoración es rendirse y entregarse a Dios. La verdadera adoración se da cuando nos entregamos completamente a él.
Nada que él tenga bajo su control puede quedar a la deriva. Si Cristo tiene el dominio, podrás enfrentarlo todo
Le agradamos cuando cultivamos su amistad
“Ahora tenemos la maravillosa alegría del Señor en nuestras vidas, gracias a que Cristo murió por nuestros pecados y nos hizo sus amigos” (Romanos 5.11)
La amistad se cultiva compartiendo experiencias, alegrías, tragedias, desafíos y rutinas, en las buenas y en las malas. De esa misma manera es como debemos cultivar nuestra amistad con Dios
Le agradamos cuando conocemos su Palabra
“Ama al Señor tu Dios con todo tu corazón, con toda tu alma y con toda tu mente y con todas tus fuerzas” (Marcos 12:30)
La adoración que agrada a Dios se basa en las escrituras. La adoración debe de basarse en la verdad de la Palabra, no en nuestra opinión acerca de Dios. A Dios le agrada la adoración reflexiva
Le agradamos cuando confiamos en él aún si lo sentimos distante
“Porque Dios ha dicho: Nunca te dejaré jamás te abandonaré” (Hebreos 13.5)
La amistad se prueba con la separación y el silencio. En nuestra amistad con Dios no siempre nos sentimos cercanos a él. El nivel de adoración más profundo es alabar a Dios a pesar del dolor: agradecer a Dios durante una prueba, confiar en él durante la tentación, aceptar el sufrimiento y amarlo aunque parezca distante
PREGUNTAS PARA REFLEXIÓN:
1. ¿Qué le agrada más a Dios en este momento: mi adoración en público o en privado? ¿Qué haré al respecto?
2. ¿Qué puedo hacer para recordar que debo pensar en Dios y hablar con Él más a menudo durante el día?
3. ¿Hay alguna parte de mi vida que no le haya entregado a Dios?
TEMA 3. FUISTE HECHO PARA PERTENECER A LA FAMILIA DE DIOS
“Su plan inmutable siempre ha sido adoptarnos en su propia familia, trayéndonos a él mediante Cristo Jesús (Efesios 1:5)
Dios quiere tener una familia y nos creó para formar parte de ella. Él lo planificó así antes de que nacieras
Como miembro de la familia de Dios debo aprender a amar
“Toda la ley se resume en un solo mandamiento: Ama a tu prójimo como a ti mismo” (Gálatas 5:14)
Como Dios es amor, la lección más importante que quiere que aprendamos en esta tierra es como amar. El amor debe de ser tu prioridad, tu objetivo y tu mayor ambición.
Como miembro de la familia de Dios soy llamado a pertenecer a los otros
“También nosotros siendo muchos, formamos un solo cuerpo en Cristo, y cada miembro está unido a todos los demás” (Romanos 12:5)
Únicamente por medio del contacto regular con los creyentes comunes e imperfectos podemos aprender a tener comunión verdadera y experimentar la verdad del Nuevo Testamento que afirma que estamos ligados y dependemos unos del otro.
Como miembro de la familia de Dios asumo compromiso con los demás
“En esto conocemos lo que es el amor, en que Jesucristo entregó su vida por nosotros. Así también nosotros debemos entregar la vida por nuestros hermanos” (1Juan 3:16)
Para tener comunión verdadera en tu grupo de hermanos, debes esforzarte por hacer cinco cosas: ser sincero, ser amable, respetar la confidencialidad y tener contacto frecuente y regular con los otros. Cultivar una relación requiere tiempo y esfuerzo, pero los beneficios superan ampliamente los costos.
Como miembro de la familia de Dios debo promover la paz y la unidad
“Esforcémonos por promover todo lo que conduzca a la paz, y a la mutua edificación” (Romanos 14:19)
Si quieres la bendición de Dios sobre tu vida, debes aprender a ser un pacificador…trabajar por la paz es una de las habilidades más importantes que podemos desarrollar.
Dios ama la unidad. Dios desea intensamente que experimentemos la unidad y la armonía unos con otros. Puedes ser un agente de unidad si aprendes a enfocarte en lo que tenemos en común, no en las diferencias, si te acostumbras a animar más que a criticar, y si te niegas a escuchar chismes
PREGUNTAS PARA REFLEXIÓN:
1. ¿De qué manera puedo comenzar a tratar a los demás creyentes como miembros de mi propia familia?
2. ¿Qué primer paso puedo dar hoy para relacionarme con otro creyente en un mayor grado de intimidad y autenticidad?
3. ¿Cómo puedo cultivar hoy las características de una comunidad cristiana verdadera en mi grupo pequeño o comunidad?
TEMA 4. FUISTE CREADO PARA SER COMO CRISTO
“En la medida en que el Espíritu del Señor opera en nosotros, nos parecemos más a él y reflejamos más su gloria” (2Corintios 3:18)
Desde el comienzo mismo, el plan de Dios fue crearnos a semejanza de su hijo Jesús.
Solo el Espíritu Santo tiene poder para hacer los cambios que Dios quiere efectuar en nuestras vidas, no puedes reproducir el carácter de Jesús si dependes de tu propia fuerza. Por el contrario, debes confiar y prestar atención al Espíritu que mora en nosotros.
Llegar a ser como Cristo es un proceso de crecimiento largo y lento. La madurez espiritual no es instantánea ni automática, es un desarrollo gradual y progresivo que llevará el resto de tu vida.
Me asemejo a Cristo cuando cambio mi manera de pensar
“Dejen que Dios los transforme en una nueva persona, cambiando su forma de pensar” (Romanos 12:2)
“Si vosotros permaneciereis en mi palabra, seréis verdaderamente mis discípulos; y conoceréis la verdad, y la verdad os hará libres” (Juan 8:31-32)
El primer paso en el crecimiento espiritual es empezar por cambiar la manera de pensar. La manera en que piensas determinará como te sientes, y como te sientes influirá en como actúas.
El primer paso para pensar como Jesús consiste en dejar los pensamientos inmaduros, los cuales son egoístas, el segundo paso consiste en meditar con madurez, enfocándote en otros, no en ti mismo. Pensar en los demás es la esencia de ser semejantes a Cristo, y la única forma de aprender a pensar así es que nuestra mente se llene de la Palabra de Dios
Para llegar a ser como Jesús, debemos llenar nuestras vidas de su Palabra. Alimentarse de la Palabra de Dios debe ser tu prioridad si quieres ser un discípulo robusto de Jesús.
Me asemejo a Cristo cuando enfrento las pruebas y las tentaciones
“La prueba de su fe produce constancia, y la constancia debe llevar a feliz término la obra, para que sean perfectos e íntegros, sin que les falte nada” (Santiago 1:3,4)
“Dichoso el hombre que no cede a hacer lo malo cuando es tentado, porque un día recibirá la corona de vida que Dios ha prometido a los que lo aman” (Santiago 1:12)
Cuando enfrentes un problema, determina cual es su origen. Si es por tu culpa, debes arrepentirte, si es una tentación de satanás debes resistirla, si es una maldad cometida contra ti, necesitas librarte de ella mediante el perdón, pero si es una prueba de Dios, necesitas aceptarla, confiando en Dios.
Dios permite todo lo que pasa en tu vida para cumplir con un propósito grande y eterno; conformar tu carácter a la imagen de Cristo
Dios desarrolla tu vida permitiéndote pasar circunstancias en las que seas tentado para producir exactamente la cualidad contraria. Cada vez que derrotas una tentación te pareces más a Jesús.
PREGUNTAS PARA REFLEXIÓN:
1. ¿En qué área de mi vida necesito pedir el poder del Espíritu para ser como Cristo hoy?
2. ¿Qué cualidad del carácter de Cristo puedo desarrollar si derroto la tentación más común que enfrento?
3. ¿Qué es lo que ya me ha dicho Dios en su palabra, que todavía no he empezado hacer?
TEMA 5. FUISTE CREADO PARA SER UN SERVIDOR
“Porque somos hechura de Dios, creado en Cristo Jesús para buenas obras, las cuales Dios dispuso de antemano a fin de que las pongamos en práctica” (Efesios 2:10)
Fuiste puesto en la tierra con un propósito: para servir a Dios y a los demás. Siempre que sirves a otro de cualquier manera, verdaderamente estás sirviendo a Dios y cumpliendo uno de tus propósitos. No estamos en la tierra solo para respirar, comer, ocupar un espacio y divertirnos. Dios nos formó individualmente para que hiciéramos un aporte singular con nuestras vidas.
Soy un servidor cuando me dejo formar por Dios para esa tarea
“Cada uno ponga al servicio de los demás el don que haya recibido, administrando fielmente la gracia de Dios en sus diversa formas” (1Pedro 4:10)
Dios deliberadamente te hizo y te formó para que sirvieras. Cuando él decidió crearte, determinó exactamente lo que necesitarías para tu servicio singular. Dios te ha dado dones y capacidades, oportunidades para ejercer esos dones, recursos para que tengas las posibilidades de realizar tu servicio, personalidad para que ejerzas tu servicio de una cierta forma y antecedentes en la vida que te han aportado experiencia y conocimiento útil para tu servicio.
Dios quiere que disfrutes, desarrolles y ejerzas todas las capacidades que el te ha dado y lo pongas a su servicio, sirviendo a los demás
Soy un servidor cuando actúo como un siervo
“Pónganse el delantal de humildad para servirse unos a otros” (1Pedro 5:5)
Los siervos verdaderos terminan sus tareas, cumplen con sus responsabilidades, mantienen sus promesas y completan sus compromisos. No dejan el trabajo a medias ni lo abandonan cuando se desaniman. Son dignos de confianza y responsables. Los siervos verdaderos mantienen un bajo perfil. No se promueven ni llaman la atención sobre si mismo. Si se les reconoce por su servicio, lo aceptan humildemente, pero no permiten que la notoriedad los distraiga de sus trabajos. Los siervos verdaderos no sirve para la aprobación o el aplauso de otros. Viven para ser famosos solo para Dios.
Los siervos piensan como mayordomos, no como dueños. Los siervos piensan en su trabajo, no en lo que otros hacen. No comparan, critican, ni compiten con otros siervos. Están muy ocupados haciendo el trabajo que Dios les asignó. Los siervos verdaderos no se quejan de las injusticias, no viven lamentándose ni se resisten con quienes no están sirviendo. Solo confían en Dios y continúan sirviendo.
Soy un servidor cuando acepto mi debilidad
“Yo estoy contigo; eso es todo l oque necesitas. Mi poder se muestra mejor en los débiles” (2Corintios 12:9)
Reconoce tus debilidades, admite tus imperfecciones, se honesto contigo mismo. Agradece por tus debilidades, pues nos hacen depender más de Dios, también nos libra de la arrogancia y nos anima a tener comunión con los demás.
Comparte sinceramente tus debilidades, expresa con sinceridad tus fallas, sentimientos, frustraciones y temores, por supuesto, cuando revelas tus debilidades te arriesgas a ser rechazado, pero los beneficios valen la pena. La vulnerabilidad es el camino hacia la intimidad, por eso es que Dios quiere usar tus debilidades, no solo tus fortalezas.
PREGUNTAS PARA REFLEXIÓN:
1. ¿Qué es lo que me impide aceptar el llamado de Dios para servirle?
2. Lo que Dios me da, habilidades o experiencias personales, ¿Como puedo ofrecerlas a los demás?
3. ¿Cuáles de las características de los siervos verdaderos me desafían más?
TEMA 6. FUISTE HECHO PARA UNA MISIÓN
“Vayan y hagan discípulos de todas las naciones, bautizándoles en el nombre del Padre, y del Hijo y del Espíritu santo, enseñándoles a obedecer todo lo que les he mandado a ustedes”. (Mateo 28:19-20)
La misión que él nos ha dado aquí en la tierra es ayudar a la gente a acercarse a Dios. Esta tarea es lo mejor que puedes hacer por una persona, es el más grande acto de bondad. Esta misión tiene un significado eterno, no podrás hacer ninguna cosa que sea más trascendente que cumplir con esta tarea. Esta misión dará significado a tu vida, lo más extraordinario que podrías hacer mientras estás aquí en la tierra, es haber ayudado a alguien a encontrase con Dios y a vencer el mal en su vida.
Comparte la experiencia que tienes con Dios con los demás, las verdades que Dios te ha enseñado en tu diario caminar con él.
Tu misión es una continuación de la misión de Jesús en la tierra, es un privilegio maravilloso. Es lo mejor que puedes hacer por una persona y no solo hace bien a los demás, te hace bien a tí mismo pues le da a tu existencia un significado eterno. Ninguna otra cosa podrás hacer que importe tanto como ayudar a las personas a establecer una relación con Dios.
Dios quiere que compartas tu testimonio. Tu testimonio es la historia de como Cristo marcó una diferencia en tu vida, es contarle a otros lo que Dio ha hecho por tí.
También puedes compartir tus lecciones de vida, las cosas que has aprendido sobre Dios, sobre las tentaciones y otros aspectos de la vida espiritual.
Compartir tus pasiones e intereses espirituales será de gran bendición para los demás
PREGUNTAS PARA REFLEXIÓN:
1. ¿Qué temores me detienen para cumplir la misión de Dios y poder terminarla? ¿Qué me detiene para hablarles a otros de las buenas nuevas?
2. ¿Puedes compartir tu testimonio personal en 10m?
3..¿Qué pasos puedo dar para enrolarme en una experiencia misionera breve el próximo año?