miércoles, 21 de julio de 2010

LIBRES PARA SER HIJOS DE DIOS

Por Alberto Valdivia
Sermón Dominical

Texto: Gálatas 3:23-4:7


El tipo de relación que Dios ha diseñado con nosotros es la de Padre e hijo. Somos para Él más que criaturas o más que amigos, mantenemos un vínculo familiar profundo. Dios desea tratarnos como hijos y herederos de sus riquezas. Veamos como podemos disfrutar de este privilegio.

La ley es un tutor que solo nos impulsa hacia Dios (v.23-25). En esa época a los hijos de los reyes los educaban los tutores, ellos estaban sujetos a estas personas, tenían que aprender de ellos como comportarse como hijos del rey. La ley ha sido para nosotros como un tutor que nos ha enseñado como agradar a Dios, pero no nos ha dado una relación con Él. Nos ha mostrado nuestras incapacidades y debilidades, pero no nos ha transformado en hijos. La ley nos esclavizaba a normas, mortificaba nuestra existencia pero no nos unía a Dios

La fe es la que nos une a Dios como hijos por medio de Jesús (v.26-27; 4:4,5). Cuando creemos es cuando nos unimos a Dios como hijos, tomamos la naturaleza de Cristo, somos revestidos de su presencia y en Él somos adoptados como hijos de Dios. Jesús vino a la tierra para rescatarnos del pecado y de la ley que nos esclavizaba, para comprarnos con su muerte y convertirnos de esa manera en hijos de Dios. El bautismo es el medio que trae a nosotros esa gracia, pero solo cuando creemos es cuando se hace efectiva y real en nuestras vidas.

Gracias a Cristo disfrutamos las bendiciones de ser hijo de Dios (v.28-29; 4:6-7). Se ha roto toda diferencia social, racial o de género gracias a nuestra unión con Cristo, somos descendientes espirituales de Abraham, y las promesas hechas a él ahora nos alcanzan a nosotros también, hemos sido librados de la ley, ya nos son las normas las que nos une a Dios sino la fe en Cristo. El Espíritu Santo mora en nuestros corazones, nos transforma y nos guía, ahora mantenemos una relación de hijo con Dios, podemos decirle: “Papito”, somos herederos de Dios y coherederos con Cristo, estamos llenos de las bendiciones de Dios

Ahora, gracias a Jesús, somos hijos de Dios, y por lo tanto somos heredero de todas sus bendiciones. La ley no nos ha llevadoa esta relación de intimidad sino la gracia, y hemos entrado a ella por medio de la fe en Jesús. Gocémonos por esta libertad que hemos recibido, y por este privilegio de ser parte de la familia de Dios, como hijos suyos.