sábado, 27 de marzo de 2010

SOMETIÉNDONOS AL SEÑORÍO DE CRISTO

Por Alberto Valdivia
Sermón dominical

Texto: San Lucas 19:29-40

Jesús entra a Jerusalén y es honrado y glorificado como Rey y Señor, fue un momento maravilloso en la que sus seguidores expresaron su fe y nos dejaron una lección de cómo debemos de someternos al señorío de Cristo. Aceptar a Cristo como Rey demanda de nosotros el cumplimiento de ciertos principios, veamos algunos de ellos:

Hay que preparar el camino para que Jesús pase por nuestras vidas (28-35). Los discípulos tuvieron que traer el burrito y preparar la entrada de Jesús a Jerusalén, de esa misma manera nosotros tenemos que preparar nuestros corazones para que el Señor pase por nuestras vidas bendiciéndonos. El burrito es símbolo de humildad, y precisamente Dios está buscando humildad en nosotros para poder manifestarse en nuestras vidas

Hay que poner todo lo que somos y tenemos a sus pies (v.36). El manto era una prenda de gran valor para los hombres de la época, era lo único que le servía para protegerse del sol durante el día y de abrigo durante la noche, ellos al ponerlo a los pies de Cristo estaban simbolizando su entrega y sometimiento total al Señor. Entreguemos nuestras vidas a Dios, pongamos lo más valioso que tenemos, aquellos que nos da seguridad bajo sus pies.

Hay que glorificarle y alabarle con sinceridad y entusiasmo (v.37). Los discípulos se llenaron de entusiasmo y comenzaron a alabar a Cristo por todos los milagros y bendiciones que habían recibido. Su alabanza no fue solo emocional, sino el resultado de haber visto de cerca el poder de Jesús. Solo cuando lo conocemos lo podemos adorar de verdad. No solo es un asunto de abrir nuestros labios, es necesario que cada uno de nosotros estemos entregando nuestro corazón a Dios, experimentar más de su presencia y así alabarle de verdad.

Que nosotros también podamos dar a Jesús la exaltación que recibió al entrar a Jerusalén, entreguemos nuestros corazones y nuestras vidas para Él

lunes, 22 de marzo de 2010

COMO ACERCARNOS A CRISTO

Por Alberto Valdivia Cier
Sermón dominical

Texto: Filipenses 3:7-14

Para seguir a Cristo es necesario que nuestro corazón deje los apegos terrenales y los intereses del mundo y podamos poner nuestros ojos en Dios. Veamos que debemos de hacer para seguir a Cristo de esa manera.

Considerar lo terrenal como cosa de poco valor (v.7-8). Conocer a Cristo, experimentarlo en nuestras vidas, vale más que cualquier cosa en la tierra, debemos de estar dispuestos a dejar todo aquello que nos aleja de Dios. Lo terrenal, si nos aleja de Dios es una perdida y no una ganancia, pues nos priva de experimentar la verdadera felicidad, por eso Pablo lo consideraba estiércol.

Depender de Dios y no de nuestras fuerzas (v.9). No es cuestión de buscar agradar a Dios por nuestras propias fuerzas, nadie puede hacer esto, Dios tampoco nos lo pide, la única forma de poder acercarnos a Él es por medio de la fe en Cristo, quien derrama sobre nosotros su justicia y nos perfecciona para Él.

Unirnos a Cristo en su muerte (v.10-11). Es necesario entregar nuestras vidas a Cristo para que experimentemos su muerte en la cruz y sus sufrimientos y de esa manera ser libres del pecado y así experimentar en nuestros corazones las bendiciones de su resurrección. Dile a Jesús esta oración: “Señor me uno a ti en tu muerte y pongo mis pecados sobre ti, libérame Señor, deseo resucitar contigo y experimentar tu vida”.

No mirar atrás, poner nuestros ojos en Cristo (v.12-14). No hay que mirar hacia atrás, siempre habrá la tentación de volver a poner lo terrenal en el primer lugar de nuestras vidas o a vivir solo para nuestros sentimientos egoístas, debemos de detectar ese engaño y esforzarnos en el Señor a seguir adelante, poniendo nuestra mirada en Jesús, quien es nuestro premio y nuestra meta final.

COMO DEBEMOS DE ADORAR

Por Alberto Valdivia Cier
Mensaje Noche de alabanza

Texto: Juan 4:19-24

Jesús explicó en este pasaje como Dios espera que le adoremos. Deberíamos poner atención a estos principios para que nuestra adoración no se quede en lo superficial. Estudiemos estas cuatro verdades:

Nuestra adoración no depender de lugares ni de métodos (v.19-21)
La samaritana creía que la eficacia de su adoración estaba en el lugar donde adoraban (su monte), Jesús le explica que la adoración verdadera no depende ni de lugares ni de formas, pues Dios no mira eso sino el corazón. Las formas son útiles pero no dependamos de ellas para adorar, ni creamos que la eficacia de la adoración descansa en ellas... tu adoración es verdadera si tu corazón es genuino para con Dios.

Nuestra adoración debe nacer de un conocimiento profundo de Dios (v.22)
Jesús dijo: “adoramos lo que conocemos”, allí estaba el éxito de la adoración de los judíos... entre mas conozcamos de Dios mejor será nuestra adoración, debemos de estudiar la biblia y saber sobre el ser de Dios, sus características y sus obras, solo con ese conocimiento podremos experimentar una adoración plena y profunda, por eso el salmo 119:7 dice: ”te alabaré con rectitud de corazón cuando aprendiere tus justos juicios” hacerlo de todo corazón y en santidad (v.23)

Nuestra adoración debe de ser sincera, de todo corazón y en santidad (v.23)
Jesús explica en este versículo que nuestra adoración debe de hacerse en espíritu y en verdad, ¿qué significa esos dos conceptos?
1. Adorar en espíritu tiene que ver con dar a Dios una adoración de todo corazón, de lo más profundo de nuestro ser, no hay que ser superficial, cantar, aplaudir y nada más, hay que entender lo que hacemos y hay que hacerlo con toda entrega. no es cuestión de hacerlo como un rito, por quedar bien con los demás, o por cumplir, hay que hacerlo con agrado, de todo corazón (sal 111:1)
2. Adorar en verdad tiene que ver con dar a Dios una adoración genuina, nacido de un corazón limpio, que verdaderamente le ama y le honra. Cuando hay pecado, nuestra adoración jamás será en verdad, pues no somos genuinos ante él, debemos antes santificarnos confesando nuestras faltas, para que de esa manera nuestra adoración sea hermosa para dios (Sal 33:1)

Nuestra adoración debe de nacer de un corazón necesitado (v.24)
Jesús dice aquí que es necesario adorar a Dios, ¿por qué?, pues porque la adoración trae beneficio para nuestras almas, nos conecta con el Señor y de esa manera se abre el camino para recibir todas sus bendiciones, por eso debemos de adorar a Dios con necesidad, con extremo deseo y anhelo. Es de esa manera que el salmista buscaba al Señor:

“...mi ama tiene sed de ti, mi carne te anhela” (sal 63:1)

“...anhela mi alma y aún ardientemente desea los atrios del Señor” (sal 84:2

FUERA DE CANAÁN (1ra parte)

Por Alberto Valdivia
Ministerio de varones

Texto bíblico: 1Corintios 10:1-12

En el Antiguo Testamento, la tierra de Canaán era el lugar donde Dios quería que vivieran los israelitas después que los libertó de la esclavitud de Egipto.
Canaán simboliza hoy el lugar donde se cumplen las promesas de Dios en nuestras vidas, el lugar donde Dios lleva el potencial de su pueblo al máximo
Los israelitas no pudieron entrar a Canaán. Fracasaron a causa de las cinco razones fundamentales que se mencionan en 1Corintios 10
Esas cinco razones son las mismas por las que los hombres de hoy no alcanzan a entrar a su tierra prometida, al lugar de reposo. Dios quiere que los hombres vivan en la tierra de Canaán en sus matrimonios, en sus negocios y en sus relaciones familiares
Esos cinco pecados fundamentales todavía siguen siendo una plaga para el hombre actual, que lo aleja de poder lograr su máximo potencial en la vida.

La pasión por lo malo

Pasión significa entrega total ha algo o ha alguien. Todos nos apasionamos por diferentes cosas en la vida, nuestro trabajo, el deporte, la diversión. Mientras la pasión va dirigida a algo positivo y se maneja con control y medida, entonces la pasión suele ser edificante, pero cuando la pasión es desmedida y se orienta a lo malo, entonces termina siendo negativo y destructivo en la vida. Esto nos esclaviza y nos lleva al camino incorrecto. El licor, el juego, las mujeres, etc. puede ser un ejemplo de pasiones desordenadas y maléficas. ¿Cómo podemos controlar nuestras pasiones? Con la ayuda de Dios y el poder del Espíritu en nosotros podemos controlar toda debilidad en nosotros (Ver Filipenses 4:13)

La idolatría

Muchas cosas se pueden convertir en ídolos en nuestras vidas, el poder, la educación, el dinero, los negocios, la popularidad, el ego, etc. Noten que la idolatría de los israelitas no solo consistió en adorar imágenes, sino en comer, beber y divertirse en forma desenfrenada. Nosotros también caemos en este pecado. La idolatría comienza cuando algo se adueña de nuestro corazón y gana todo nuestro interés y atención.
Que Dio sea el que capte toda nuestra atención, que nada ni nadie rivalice con nuestro amor a Dios. Esta es la Clave de la verdadera felicidad, que Dios sea el centro de nuestras vidas

Preguntas:

1. ¿Cuál es la pasión que necesitas doblegar en tu vida?
2. ¿Cuéntanos sobre algún ídolo que has tenido en tu vida?

COMO RECONCILIARNOS CON DIOS

Por Alberto Valdivia Cier
Sermon del domingo

Texto: Lucas 15:11-32

Reconciliación es la acción por la cual dos personas distanciadas se vuelven a amistar. Las parejas, los familiares y los amigos se reconcilian muchas veces, igualmente cada persona debe de sentir la urgente necesidad de reconciliarse con su creador.
Jesús enseñó la parábola del hijo pródigo para mostrarnos los pasos que debemos de dar para experimentar la reconciliación con el Señor. Veamos cuales son esos pasos:

Reconoce tu pecado y humíllate (v. 17-21) Todos nosotros nos parecemos en algo al hijo pródigo, nos revelamos contra Dios, decidimos alejarnos de Él y manejamos nuestras vidas a nuestra manera. Las consecuencias son terribles, alejarnos de Dios y de su bendición produce siempre sequedad e infelicidad. La única manera de revertir esta situación es reconocer nuestra falta, humillarnos y correr nuevamente a los brazos de nuestro Padre celestial y encontrar su perdón

Confía en el amor de Dios (v. 22-24) Nunca pienses que Dios no te recibirá, no existe pecado que nos puede alejar de Dios si es que tenemos un corazón arrepentido. Confiemos en el amor y la misericordia de Dios, Él es amplio para perdonar y siempre está listo para restaurar nuestras vidas. Él hace una fiesta en el cielo cada vez que un pecador se arrepiente

Enfrenta las consecuencias de tus pecados (v. 25-32) Cada pecado tiene una consecuencia negativa que tenemos que enfrentar con humildad y paciencia. Dios nos perdona y restaura nuestro corazón pero permite que suframos las consecuencias de nuestros pecados como una forma de disciplinar nuestro carácter para no volver a caer. Muchas veces otras personas pueden salir heridas por nuestras faltas, tenemos que buscar la forma de enmendar el mal cometido

viernes, 12 de marzo de 2010

EL ARREPENTIMIENTO

Sermón del domingo

Por Alberto Valdivia Cier

Lucas 13:1-9

El pecado nos aleja de Dios y de su bendición, nos roba el gozo y la paz del corazón y nos hace vulnerables al mal. Tenemos que arrepentirnos para ser libres de todo pecado y permitir que el perdón de Dios nos alcance.

Dios nos empuja al arrepentimiento (v. 1-5) Muchas circunstancias negativas de nuestras vidas son producidas por el pecado. Algunas adversidades y catástrofes suceden como advertencias y corrección por nuestra mala conducta. Dios permite estas cosas para llevarnos al arrepentimiento. Muchas veces somos como el mulo que necesitamos de las riendas para ser atraídos a Dios (Salmo 32:9)

Dios nos da oportunidad para el arrepentimiento (v. 6-9) El pecado nos inutiliza, nos convierte en obstáculos en el plan de Dios, mereceríamos ser desechados y puestos aparte, pero Dios en su infinita bondad nos da oportunidad para el arrepentimiento, no ejecuta justicia contra nosotros sino que en su misericordia nos da tiempo para que reaccionemos.

Dios espera nuestro arrepentimiento (v.3,5) Arrepentimiento es dar la espalda al pecado para volverse a Dios. Es un cambio de actitud., es decir no al mal y sí al bien. Para que exista verdadero arrepentimiento es necesario una evaluación profunda de la vida (Apocalipsis 2:5), un reconocimiento genuino de los pecados cometidos (Salmo 5l:31) y experimentar vergüenza y rechazo al mal cometido (Esdras 9:6).

Dios es inmensamente misericordioso, nos da tiempo para el arrepentimiento, debemos de confesar nuestros pecados y recibir su perdón.