miércoles, 8 de diciembre de 2010

LUCHANDO CONTRA EL RENCOR


Texto: Filemón 1-20

El perdón es uno de los bienes más valiosos que podemos adquirir en la vida, perdonar nos enriquece, libera nuestras almas de muchos males y produce espiritualidad y santidad.

El fruto más perfecto del amor es el perdón (v.1-7). Filemón era un hombre que tenía mucho amor hacia Dios y hacia los demás, su amor animaba y estimulaba a todos, sin embargo era necesario que ese amor se manifestara en un grado mayor, perdonando a su esclavo Onésimo, quien había huido de su casa, llevándose dinero. No basta con amar a los que nos aman, debemos de amar aún a los que nos hacen daño. Para perdonar es necesario creer que el mal recibido ha producido un bien (v.8-16). Pablo trata de ayudar a Filemón a tener una mirada positiva de la situación, le hace ver que Onésimo se ha convertido a Cristo y que ahora es una persona útil, y que quizás para eso Dios permitió que él sufriera ese mal. Le hace ver que Dios desea que lo perdone y lo reciba nuevamente. Debemos creer que hay un bien detrás de todo mal y por lo tanto no es correcto guardar rencor por aquello que Dios ha usado para hacer su voluntad (ejemplo de José y sus hermanos). Para perdonar es necesario recordar que nosotros tampoco somos perfectos (v. 17-19). Pablo le recuerda a Filemón que él también era deudor, que le debía muchos favores, y que por lo tanto debía perdonar a Onésimo, y en todo caso, si este le tenía alguna deuda que se lo cobre a él, que lo ponga a su cuenta. Nadie es libre de culpa, una ha necesitado ser perdonado y ayudado por otros, debemos de hacer lo mismo por aquellos que nos han defraudado. El perdón produce alegría (v.20). Pablo declara que el perdón de Filemón le iba a producir mucha alegría. El perdonar genera paz y alegría a todos, al que perdona, a quien recibe el perdón y a la comunidad entera. Perdonar es la mejor forma de convertirnos en instrumentos de paz y amor. Ánimo, siempre es posible perdonar, no con nuestras fuerzas sino con las de Dios.

miércoles, 21 de julio de 2010

LIBRES PARA SER HIJOS DE DIOS

Por Alberto Valdivia
Sermón Dominical

Texto: Gálatas 3:23-4:7


El tipo de relación que Dios ha diseñado con nosotros es la de Padre e hijo. Somos para Él más que criaturas o más que amigos, mantenemos un vínculo familiar profundo. Dios desea tratarnos como hijos y herederos de sus riquezas. Veamos como podemos disfrutar de este privilegio.

La ley es un tutor que solo nos impulsa hacia Dios (v.23-25). En esa época a los hijos de los reyes los educaban los tutores, ellos estaban sujetos a estas personas, tenían que aprender de ellos como comportarse como hijos del rey. La ley ha sido para nosotros como un tutor que nos ha enseñado como agradar a Dios, pero no nos ha dado una relación con Él. Nos ha mostrado nuestras incapacidades y debilidades, pero no nos ha transformado en hijos. La ley nos esclavizaba a normas, mortificaba nuestra existencia pero no nos unía a Dios

La fe es la que nos une a Dios como hijos por medio de Jesús (v.26-27; 4:4,5). Cuando creemos es cuando nos unimos a Dios como hijos, tomamos la naturaleza de Cristo, somos revestidos de su presencia y en Él somos adoptados como hijos de Dios. Jesús vino a la tierra para rescatarnos del pecado y de la ley que nos esclavizaba, para comprarnos con su muerte y convertirnos de esa manera en hijos de Dios. El bautismo es el medio que trae a nosotros esa gracia, pero solo cuando creemos es cuando se hace efectiva y real en nuestras vidas.

Gracias a Cristo disfrutamos las bendiciones de ser hijo de Dios (v.28-29; 4:6-7). Se ha roto toda diferencia social, racial o de género gracias a nuestra unión con Cristo, somos descendientes espirituales de Abraham, y las promesas hechas a él ahora nos alcanzan a nosotros también, hemos sido librados de la ley, ya nos son las normas las que nos une a Dios sino la fe en Cristo. El Espíritu Santo mora en nuestros corazones, nos transforma y nos guía, ahora mantenemos una relación de hijo con Dios, podemos decirle: “Papito”, somos herederos de Dios y coherederos con Cristo, estamos llenos de las bendiciones de Dios

Ahora, gracias a Jesús, somos hijos de Dios, y por lo tanto somos heredero de todas sus bendiciones. La ley no nos ha llevadoa esta relación de intimidad sino la gracia, y hemos entrado a ella por medio de la fe en Jesús. Gocémonos por esta libertad que hemos recibido, y por este privilegio de ser parte de la familia de Dios, como hijos suyos.

viernes, 18 de junio de 2010

LIBRES DE LA LEY

Por Alberto Valdivia
Sermón dominical

Texto: Gálatas 2:11-21


La ley es el conjunto de mandamientos, normas morales y ceremonias dadas por Dios para el pueblo de Israel con el propósito de que puedan cumplirlas, y de esa manera alcanzar la salvación. Sin embargo, este objetivo no se cumple en el hombre, por los siguientes motivos:

Tratar de cumplir la ley puede producir hipocresía (v.11-14). Pedro y otros discípulos trataron de agradar a quienes buscaban salvarse a sí mismo cumpliendo la ley. Pablo les muestra su error, les hace ver como al tratar de cumplir la ley lo único que producen es hipocresía, ya que al no poder cumplirla terminan creando una apariencia de pureza que no es genuina

La ley no puede salvarnos ni transformarnos (v.15-16). La ley es perfecta pero el hombre es pecador, incapaz de cumplirla y hacer lo bueno, por ello la ley no logra salvar al hombre, no porque no pueda hacerlo sino porque nosotros no podemos cumplirla. Jesús es el único que cumplió íntegramente la ley, demostrando que la ley es eficaz cuando hay santidad

La ley hace que quede en evidencia nuestro pecado (v.17). La ley nos hace concientes de lo que es malo y al tratar de huir del mal y no poder hacerlo, terminamos dándonos cuenta cuan pecadores somos; pero a la vez, la ley declara la condenación que opera en contra de quienes hacen lo malo, y al no poder evitar el mal en nosotros, esa ley termina condenándonos.

La ley no nos libera del pecado, solo la gracia que viene por Jesús (18-21). Jesús al cumplir la ley, no solo nos dejó ejemplo, sino que transfirió su justicia a nosotros cuando creímos y nos unimos a él (2Corintios 5:21), y gracias a esa justicia, Dios derramó en nosotros su gracia, la cual nos perdona y libera. También al morir en la cruz, Jesús llevó la maldición de la ley que nos correspondía llevar, librándonos de la condenación (Gálatas 3:13). La salvación viene al unirnos a Cristo por la fe, al morir al pecado y a la ley, y al entregar nuestras vidas a él.

Volver al sistema de la ley es edificar aquello que Cristo destruyo y rechazar la gracia.
Esto no significa que nosotros vivimos como mejor nos parezca, sin cumplir ningun norma, la ley que cumple hoy el cristiano es la ley del amor (Gálatas 6:2), la cual es la expresión de nuestra fe.

Los mandamientos del Antiguo Testamento son vigentes en la medida que son coincidentes con el evangelio de la gracia que se nos revela en el Nuevo Testamento, pero no cumplimos esos mandamientos como quien cumple una regla, sino por amor y con amor, que es la ley y nuevo mandamiento que Cristo nos dejó (Juan 13:34), además los cumplimos como expresión de nuestra fe y entrega a Dios, no como un medio de salvación.

Los cristianos no estamos bajo el sistema de la ley, sino bajo la gracia, pero la expresión de esa gracia que actua en nosotros consiete en agradar a Dios mostrando en nuestras vidas una conducta que este conforme a sus mandamientos. Cumplimos los mandamientos porque tenemos a Dios en nuestras vidas, y el amor que él ha derramado en nosotros nos impulsa a amarlo y amar a los demás, y eso siempre se mostrara en una conducta acorde con sus mandatos.

viernes, 11 de junio de 2010

LIBRES DE TRADICIONES HUMANAS

Por Alberto Valdivia Cier
Sermón dominical

Texto: Gálatas 1:11-24














Tradiciones son costumbres o creencias que un grupo humano practica de generación en generación. Por medio de ellas desarrollamos una identidad y una escala de valores como sociedad humana. Lo negativo de las tradiciones es que nos esclaviza a costumbres humanas, que por más buenas que sean, no representan la verdad, sino que muchas veces la obstaculiza.

El evangelio no es tradición de hombre sino revelación de Dios (v.11, 12). El evangelio no son creencias o ideas humanas sino el mismo pensamiento de Dios, debemos de recibirlo como tal. No es una ideologia o una tradición humana sino principios que viene directamente del cielo. Además, el evangelio no es solo una idea, es principalmente una experiencia (Pablo primero experimentó a Jesús, luego razonó el mensaje del evangelio). Recibir el evangelio es recibir a Jesús en nuestras vidas para luego comprender su mensaje. A esto Pablo le llama revelación. Revelación es el acto por el cual Jesús se muestra a nosotros, tocando nuestro corazón y mostrandonos la verdad, en cambio las tradiciones son solo costumbres humanas

El evangelio nos libera del fanatismo de las tradiciones (v.13, 14). Las tradiciones nos hacen pensar que nuestras creencias son las correctas y las de los demás están equivocadas, genera pugna y el deseo de imponer y defender nuestras ideas, y eso nos esclaviza. El evangelio no es una tradición, no debemos de imponerla ni humillar a los demás a través de ella, la proclamamos y dejamos que ella misma ilumine. El evangelio nos libera de la esclavitud del fanatismo y la intolerancia, nos lleva más bien a amar a los demás; es gracia pura, que busca unir a los hombres

El evangelio transforma, las tradiciones no cambian a nadie (v.15-24). Pablo no vio a ningún apóstol, por lo tanto no podemos decir que fue “manipulado” o “convertido” por alguien, fue el propio Cristo quien le habló al corazón y genero la transformación. El evangelio cambia el corazón, hace que dejemos el mal camino, pero no lo hace a la fuerza, toca nuestra conciencia y libremente lo aceptamos. La tradición se impone, no llega al alma, no cambia desde dentro, solo trabaja la apariencia. No hagamos del evangelio una tradición, dejemos que actúe libremente

viernes, 4 de junio de 2010

SERIE DE MENSAJES JUNIO - JULIO

LIBRES EN JESÚS
La libertad cristiana
(Reflexiones en la carta a Los Gálatas)

Libres de tradiciones humana – Domingo 13 Junio
Libres de la ley – Domingo 20 Junio
Libres para ser hijos de Dios-
Domingo 27 Junio
Libres para hacer el bien-
Domingo 4 de Julio
Libres de las apariencias - Domingo 11 Julio

NO SE LO PIERDAN

sábado, 22 de mayo de 2010

ESPERAMOS LA VENIDA DEL REY

Por Alberto Valdivia
Sermón dominical

Texto: Apocalipsis 22:12-21

“Cristo nuestro Rey viene pronto”, esta es una expresión que alienta nuestra esperanza y nuestra convicción en la venida de Cristo, pero no es un anuncio de una venida inmediata (hace dos mil años los cristianos creemos que Cristo viene pronto). No sabemos cuando vendrá, pero si sabemos que cuando Él venga debemos de estar preparados. Veamos cómo debemos de prepararnos para recibir a nuestro Rey

Hay que estar listo para recibir la paga de Cristo. Jesús vendrá a darnos lo que merecemos, si hacemos lo bueno bendición, y si hacemos lo malo reprensión. La mejor forma de esperar su venida es teniendo una vida pura y limpia para Él. No es miedo lo que Dios desea infundir con esta advertencia sino compromiso con el bien

Hay que limpiarnos de todo lo malo. La magia y el esoterismo, la inmoralidad sexual, el asesinato, la idolatría, la mentira, etc., son prácticas que debemos de dejar como parte de este proceso de purificación. Purificarnos no solo consiste es pedir perdón sino en dejar el mal. El caer en estas cosas por debilidad y arrepentirte luego y dejar de practicarlas no te condena, el problema está en practicarlo como un estilo de vida sin el menor remordimiento.

Hay que desear su venida. Noten que toda la iglesia (la novia) debe prepararse para su venida, no solo los creyentes individuales sino la comunidad entera. La mejor forma de esperar la venida de Cristo es manteniendo los lazos de unidad y amor en nuestra comunidad y eso no lo podemos lograr si es que no “bebemos” del agua de vida que el Espíritu Santo nos ofrece, pues es el Espíritu santo el que crea comunión entre los creyentes

Hay que guardar la Palabra tal como la hemos recibido. Apocalipsis termina advirtiéndonos que no debemos de corromper la Palabra de Dios, agregando o quitando cosas de ella. Hay quienes buscan “verdades nuevas” y agregan teologías y creencias que nunca han formado parte de la fe cristiana y otros en el afán de agradar a la cultura actual buscan “dejar de lado” los principios y valores que siempre los cristianos hemos confesado. Respetemos la Palabra de Dios tal como la hemos recibido del Espíritu y vivamos conforme a las verdades que nos enseña

domingo, 16 de mayo de 2010

LAS GLORIAS DEL CIELO

Por Alberto Valdivia C.
Sermón dominical

Texto: Apocalipsis 21:22-22:5

Cristo esta preparando en el cielo un lugar para nosotros, para que allí podamos disfrutar de su presencia por la eternidad (Juan 14:2,3). Veamos que bendiciones disfrutaremos en nuestro hogar celestial:

Dios Trino será nuestro templo (21:22). El templo es un lugar de refugio espiritual y de oración. Dios mismo será nuestro templo, nos refugiará en su corazón, nos llevará a lo íntimo de su presencia.

Dios será nuestra luz perpetua (21.23). El Señor mismo nos alumbrará, ya no habrá más oscuridad, veremos su santidad y su belleza.

La humanidad rendirá honores a Dios (21:24-26). Nos organizaremos como naciones, tendremos líderes quienes se someterán al señorío de Dios y ofreceremos todo lo bueno de nuestro trabajo para Él.

Será un lugar de perfecta pureza (v.27). Nada impuro podrá entrar en el cielo, los idolatras (los que adoran a otros dioses) y los farsantes (los hipócritas) tampoco entrarán al cielo.

Dios nos proveerá vida y sanidad eterna (22:1-2). El río y el árbol de la vida, representa simbólicamente la provisión de vida, abundancia y felicidad en el cielo, nada nos faltará, todo lo tendremos.

Tendremos intimidad con Dios (22:3-4). Veremos el trono de Dios y le adoraremos cara a cara, disfrutaremos de una comunión íntima y perfecta con nuestro Señor.

Reinaremos con Cristo (22:5). El reino de Dios será eterno, nunca acabará, y nosotros reinaremos a su lado. Esta significa probablemente que tendremos posiciones de autoridad sobre otros en algún lugar del vasto universo. Serviremos a Dios por la eternidad.

Animémonos con estas verdades, nuestro futuro será glorioso. En esta vida terrenal estamos luchando con debilidades, pecados, carestía, infelicidad, dolor, enfermedad, muerte, pero sabemos que todo esto pasará, y que pronto Dios nos consolará en su morada eterna.

LA ALEGRÍA EN EL CIELO

Por Alberto Valdivia C.
Sermón dominical

Texto: Apocalipsis 19:1-10

El reino de Dios es un reino de gozo. Allí no hay tristeza, todo es alegría. La expresión “aleluya” que significa alabado sea Dios, no es solo una expresión de alabanza sino también de celebración. ¿Cuáles son los motivos del gozo en los cielos? ¿Que cosa de gran importancia se celebra en el cielo?

El cielo se goza por el juicio de Dios (v.1-5). Dios es justo, dará la paga correcta a todos los que hacen lo malo. Juzgará a todos los que se corrompen y a quienes corrompen a los demás. Juzgará a aquellos que se han opuesto a los creyentes y los han martirizado. Limpiará de maldad toda la tierra, esto es un motivo por el cual alegrarnos. No nos alegramos por la desgracia de otros sino por el fin de la maldad. Este juicio establece la salvación para la humanidad, y resalta la gloria y el poder de Dios, por eso se invita a los creyentes a celebrar este acto de justicia.

El cielo se goza por el reinado de Jesús (v.6). Toda la multitud del cielo se une en alabanza para alabar y celebrar el reinado de Cristo. No es que antes no reinara, sino que después del juzgar la maldad de la tierra su reinado queda en evidencia a la vista de todos, y por ello se le adora. Jesús toma control total del gobierno terrenal y asume su señorío sobre los hombres.

El cielo se goza por las bodas del Cordero (v.7-9). Las bodas del Cordero es la unión espiritual y eterna entre la iglesia compuesta por todos los creyentes en Cristo, simbolizada como la novia y Jesucristo, simbolizado como el novio. Será el momento del encuentro con nuestro Señor, el día más glorioso de nuestras vidas. Se nos invita a alegrarnos y regocijarnos por este día, pero también se nos pide que nos preparemos, para que podemos recibir las vestiduras blancas y presentarnos adecuadamente ante el novio, para ellos debemos de tener en nuestras vidas acciones justas y santas.

El Señor invita a los hombres a unirse a esta boda, pero no todos reciben la invitación, sintámonos privilegiados de ser parte de la novia del cordero y vivamos de tal manera que seamos dignos de ser aceptados por Jesús.

EL CONSUELO CELESTIAL

Por Alberto Valdivia C.
Sermón dominical

Texto: Apocalipsis 7:9-17

En la tierra estamos en una constante lucha contra el mal. Estamos aquí batallando y “corriendo la carrera”, pero cuando dejemos este mundo Jesús nos promete consuelo en su presencia. Veamos que tipo de paz hay reservado para nosotros en el cielo:

Disfrutaremos de unidad. Todos estaremos juntos, sin importar raza, nacionalidad o género. No existirá la discriminación y el egoísmo, tendremos paz unos con otros. Seremos puros. Tendremos vestiduras blancas, símbolo de pureza y santidad. No lucharemos más contra el pecado y el mal, tendremos paz con nosotros mismos. La sangre de Cristo nos limpiará de todo mal.

Adoraremos con los ángeles. Estaremos unidos a los ángeles, aprenderemos de ellos como adorar y honrar a nuestro Dios. Será un privilegio unirnos al coro celestial. Serviremos al Señor. El servicio le da sentido a nuestras vidas, en el cielo todos sirven, nosotros también lo haremos. Nuestro servicio será perfecto, hecho con intenciones puras y amor verdadero.

No habrá más sufrimiento. El Señor nos refugiará en su presencia, no tendremos hambre ni sed, no experimentaremos el cansancio ni el calor, no habrá más lágrimas. La lucha habrá acabado, experimentaremos la paz emocional, corporal y psicológica que hoy no tenemos, y seremos verdaderamente felices.

Dios nos guiará y pastoreará. Estaremos sometidos totalmente al señorío de Cristo, él nos guiará, jamás estaremos confundidos o desorientados, el Señor será nuestra luz en el camino. Tendremos paz con Dios; comunión y amistad perfecta con él.

Saber que el Señor tiene preparado todo esto para nosotros debe de darnos esperanza y generar el compromiso de mantenernos files a Jesús.

miércoles, 21 de abril de 2010

LA ADORACIÓN CELESTIAL

Por Alberto Valdivia
Sermón dominical

Texto: Apocalipsis 5:6-14

La adoración que se ofrece al Señor en el cielo es esplendida y perfecta, debemos de aprender de ella para que nosotros también podamos adorar a Dios de esa manera.

¿A quien se adora en el cielo? (v.6-7). La adoración se ofrece a Jesús el Cordero de Dios sacrificado pero que está vivo y resucitado (por eso está de pie), tiene siete cuernos (símbolo de autoridad) y siete ojos (símbolo de la plenitud del Espíritu). Está rodeado de seres vivientes, que son ángeles especiales que rodean el trono de Dios (en el libro de Ezequiel se les llama querubines) y de 24 ancianos que representan a los creyentes. Jesús se manifiesta como el juez del universo, el único capaz de abrir el rollo donde se encuentra los juicios de Dios contra la humanidad. Adoremos pues a Jesús por ser nuestro Redentor, Señor y Juez del universo.

¿Cómo es adorado Jesús en el cielo? (v.8). Tanto los ángeles como los seres humanos se unen en adoración, se postran en actitud de humillación, ofrecen sus oraciones y entonan cánticos de adoración. Si no hay humillación no hay adoración, por allí hay que comenzar, luego tenemos que entregar todas nuestras cargas y preocupaciones en oración, confiando que el Señor puede librarnos de todo mal, y finalmente el canto brota de nuestros labios con sinceridad y de todo corazón. Como ven, la verdadera adoración nace primeramente de un corazón arrepentido y humillado que pone sus cargas y esperanzas en Dios, y luego se expresa a través de los labios.

¿Por qué motivo se adora a Jesús en el cielo? (v.9-14). Los seres humanos adoran a Jesús por habernos comprados de la esclavitud del pecado y del diablo y por habernos hecho, sin merecerlo, reyes y sacerdotes suyo. Los ángeles le adoran por haber recibido toda la autoridad y poder en el cielo. Todas las criaturas del universo, aún los que están debajo de la tierra (es decir el infierno), adoran a Jesús por ser el Señor. El Señor merece toda adoración, cada uno puede tener motivos particulares por que adorarle, lo importante es ofrecerle nuestro reconocimiento y gratitud por todo el amor que él nos ha dado. ¿Cuáles son tus motivos para adorar a Jesús?.

La adoración que damos a Dios en la tierra debe de hacerse bajo estos mismos principios, no debe de ser superficial ni de apariencia sino sincera y de todo corazón.

domingo, 11 de abril de 2010

CRISTO GLORIFICADO

Por Alberto Valdivia
Sermón dominical

Texto: Apocalipsis 1:9-19

Este texto hace una descripción espectacular de la apariencia física de Cristo glorificado. Se nos describe aquí la apariencia actual de Cristo en el cielo. Esta visión de Cristo nos enseña muchísimo sobre su persona y su actuar a favor nuestro.

Jesús está en medio de la iglesia (v.12, 13a). Los siete candelabros simbolizan las iglesias (v.20) y en medio de ellas está Jesús. Cristo está con nosotros, camina con nosotros en nuestras luchas y alegrías, podemos siempre contar con su presencia.

Jesús es Rey y Señor (v.13b). Se describe a Jesús vestido como un Rey. Él reina en el cielo, en la tierra y sobre todo lo creado, pero también debe de reinar en nuestro corazón.

Jesús todo lo sabe (v.14). Su cabello blanco nos habla de su sabiduría. Sus ojos de fuego nos muestra su capacidad de verlo todo, aún el lugar más oculto y oscuro de nuestro corazón. Nada podemos ocultarle, por ello debemos de confesar nuestras culpas y poner en él nuestras cargas.

Jesús es todopoderoso (v.15). Sus pies como de bronce y su voz como el estruendo de muchas aguas simbolizan su extraordinario poder. Sus pies son poderosos porque puede sostener nuestra debilidad y por ello debemos de refugiarnos siempre en Él. Su voz tiene poder y autoridad por eso debemos de escucharla y someternos a ella.

Jesús es Juez del universo (v.16a). Las siete estrellas simbolizan los mensajeros de las iglesias (v.20), es decir los pastores y líderes de las iglesias. La espada de doble filo simboliza la Palabra de Dios. Jesús tiene en sus manos a los pastores porque los usa como instrumentos, y los protege, pero también porque los puede “aplastar” si son infieles a su palabra. La Palabra de Dios tiene doble filo porque nos bendice si la obedecemos pero nos juzga si la desobedecemos.

Jesús tiene toda la gloria (v.16b). Cristo brilla como el sol, la luz de Cristo no solo alumbra sino santifica, es una luz que refleja su pureza y perfección. J

Juan calló como muerto a los pies del Señor, nosotros también debemos de humillarnos y adorarlo. Jesús responde con ternura, lo toca y le dice que no tenga miedo. El Señor también desea tocar tu vida y librarte de todos tus temores

FUERA DE CANAÁN (2da parte)

Por Alberto Valdivia
Ministerio de varones

En el Antiguo Testamento, la tierra de Canaán era el lugar donde Dios quería que vivieran los israelitas después que los libertó de la esclavitud de Egipto.
Canaán simboliza hoy el lugar donde se cumplen las promesas de Dios en nuestras vidas, el lugar donde Dios lleva el potencial de su pueblo al máximo
Los israelitas no pudieron entrar a Canaán. Fracasaron a causa de las cinco razones fundamentales que se mencionan en 1Corintios 10
En el aterior estudio bíblico vimos dos de esas razones, ahora estudiaremos las tres siguientes

La fornicación

Cuando los hombres de Israel cometieron fornicación, murieron en el desierto y nunca llegaron a ver la tierra prometida. Hoy en día los hombres siguen muriendo en el desierto al cometer pecados sexuales, perdiendo lo mejor que Dios tiene para sus vidas.
Tanto solteros como casados, jóvenes o ancianos, están sujetos a los deseos, apetitos, pasiones y tentaciones sexuales. La tentación se hace más fuerte en esta sociedad tan liberal en la que vivimos, pero Dios nos ayuda a vencer. Tenemos su Espíritu en nosotros, la oración, la Palabra y el compañerismo para vencer (leer 2Tim 2:22)

Poner a prueba a Dios

Si sabemos que ciertos actos humanos son contrarios a Dios y a pesar de ello los practicamos y no nos arrepentimos, entonces estamos “tentando”, “probando” o mejor dicho provocando a Dios para que actúe con rigor contra nosotros. Si nuestro pecado es por ignorancia, o por debilidad, y luego hay arrepentimiento y la actitud de luchar contra el mal, Dios es paciente y perdonador, pero si pecamos deliberadamente y luego no nos importa seguir en ese camino y no nos arrepentimos, la justicia de Dios actuara sobre nosotros hasta que nos arrepintamos. No provoquemos a Dios

La murmuración o queja

Los israelitas se quejaron contra Moisés, murmuraron contra él, echándole la culpa de todos sus males. Esa murmuración no fue solo contra Moisés sino contra Dios mismo, no desechaban al hombre sino a Dios quien coloco a ese hombre. Toda queja contra Dios o contra nuestros semejantes es pecado y obstaculiza nuestra vida espiritual. Siempre habrá situaciones desagradables, en la que nos encontremos insatisfechos, tengamos cuidado en utilizar nuestra lengua como instrumento de destrucción. Si hay que criticar debe de ser una crítica constructiva, hecha con humildad y amor. No veamos los obstáculos sino las soluciones.

Preguntas:

1. ¿Qué podemos hacer para vencer las tentaciones sexuales?
2. ¿Cómo podemos hacer una crítica constructiva sin caer en la queja?

miércoles, 7 de abril de 2010

LOS FRUTOS DE LA RESURRECCIÓN

Por Alberto Valdivia
Sermón dominical

Texto: Colosenses 3:1-14

Cristo ha resucitado, ha vencido a la muerte y al diablo, ha pagado la deuda de pecado que todos teníamos y ha abierto el camino para que nosotros recibamos el perdón y la misericordia de Dios. ¿Qué nos toca a nosotros hacer para que los efectos de la resurrección nos alcancen?

Hay que poner nuestra atención en las cosas espirituales (v. 1-3). Busquemos las cosas de Dios, el mundo siempre nos distraerá con los afanes de la vida, pero siempre debemos de reservar nuestro corazón para Él. Debemos de considerarnos muerto para el mundo y vivos para Dios. Las cosas terrenales son pasajeras, dediquemos tiempo para buscar lo espiritual y eterno. Nuestros pies están en la tierra pero nuestra mirada en los cielos. Que nuestros recursos; tiempo, talentos, posesiones, finanzas, sean dedicados al servicio de Dios y no solo a nuestro servicio.

Hay que esperar con ansias el día en que nuestra vida se manifieste (v. 4). Nuestra vida está en Cristo y se ha manifestado en nosotros en parte. Tenemos vida espiritual, sin embargo los efectos de la muerte aún actúan en nosotros (las pasiones, la enfermedad, la muerte física, etc.), pero cuando Cristo venga en su manifestación final, la vida que ganó para nosotros en su muerte y resurrección, se manifestara plenamente en nuestras vidas. La carne, el pecado y la muerte serán destruidos totalmente y resucitaremos a nueva vida. Esta es nuestra esperanza, vivamos este tiempo con la expectativa de nuestra resurrección final.

Hay que hacer morir lo terrenal en nosotros (v. 5-14). Mientras esperamos la liberación final, somos llamados a luchar contra nuestras flaquezas, no con nuestras fuerzas sino con el poder de Dios. Reconozcamos nuestras debilidades, no nos sintamos espirituales, sino carnales, y luchemos con el mal que hay en nuestros corazones. Hagamos el ejercicio de “despojarnos” de lo malo y “revestirnos” de los bueno. Dejemos las pasiones, los pecados sexuales, los pleitos, el odio y los rencores y tomemos la humildad, el perdón y sobretodo el amor.

La resurrección de Cristo nos da vida, esperanza y victoria sobre el mal, ahora con esta seguridad de que la victoria es nuestra, nos toca luchar contra el mal que mora en nosotros

jueves, 1 de abril de 2010

¿QUÉ GANÓ JESÚS PARA NOSOTROS EN LA CRUZ?

Por Alberto Valdivia Cier
Sermón semana santa

En la cruz Jesús nos ha librado del pecado (Apocalipsis 1:5)
El pecado es el principal problema del hombre que afecta no solo su vida espiritual sino que también su cuerpo, su mente y cada área de su existencia. Mientras exista el pecado estaremos bajo la condenación y la ira de Dios (Romanos 1:18), pero a Dios gracias, Jesús ha venido a librarnos de este mal.
Jesús al morir en la cruz ha tomado el lugar que nos correspondía y ha llevado sobre sí toda nuestras maldades de tal forma que la ira de Dios a caído sobre él para que nosotros podamos recibir la misericordia divina. Jesús siendo justo e inocente a cargado con nuestros pecados para librarnos de la condenación y para que recibamos perdón y vida eterna (Isaías 53:4,5). Él ha preferido sufrir para que nosotros no suframos. Es esta la principal bendición que Cristo nos ha dado a través de su muerte. ¿Eres pecador? ¿Entonces porque no entregas tu vida a Jesús para que el perdón y la vida eterna que él ganó en la cruz te alcance?

En la cruz Jesús nos ha hecho cercanos a Dios (Efesios 2:13)
El pecado también nos aleja de Dios y de su bendición, pero gracias a Cristo y su muerte en la cruz ahora somos hechos cercanos a Dios, a tal punto que Él nos ha adoptado como hijos (Gálatas 4:4-5), ahora no solo somos criaturas sino hijos y herederos del Altísimo, tenemos una nueva posición y valor para Él. Esta verdad fue anunciada cuando después de la muerte de Jesús, el velo del templo que dividía el lugar santo del lugar santísimo (donde estaba la presencia del Señor) se rasgo, simbolizando con ello que gracias a la muerte de Cristo ya no existen barreras que nos alejen de la presencia de Dios (ver Mateo 27:50,51). Con Jesús tú puedes hoy mismo iniciar una relación íntima con Dios y ser considerado su hijo ¿Por qué no te rindes ante Él?

En la cruz Jesús nos ha librado de la esclavitud del diablo (Colosenses 1:13)
El hombre por ser pecador está bajo el dominio y el control de satanás, por eso es que la sociedad humana refleja un alto grado de maldad, es evidente que el hombre es esclavo del diablo. Pero Jesús ha venido para librarnos de esta esclavitud. Con su muerte en la cruz él ha despojado a las huestes satánicas, pues les ha quitado el control sobre aquellos que creen en Jesús y rinden sus vidas a él. Jesús a vencido a Satanás y sus demonios en el momento de su muerte, pues la muerte es la arma poderosa del diablo, pero Jesús al vencer a la muerte en su resurrección también venció a aquel que tenía el dominio sobre ella, pues abrió el camino para que todos aquellos que le sigan sean libres también de la muerte y tengan vida eterna (Colosenses 1:14; Hebreos 2:14). Hoy tú puedes disfrutar de la libertad espiritual que Cristo ofrece, para ello debes de entregar tu vida a Jesús para que salgas del dominio del diablo y entres al dominio divino.

En la cruz Jesús nos ha dado vida eterna (1 Juan 5:11-12)
Jesucristo nos ha dado vida eterna. Por medio de su muerte en la cruz a abierto para nosotros el camino al cielo. Ahora podemos tener la esperanza y la confianza de saber que después de la muerte nos espera un futuro de gloria al lado de nuestro Dios y salvador. Jesús nos ha comprado con su sangre para que seamos suyos por siempre (1Corintios 6:20), de tal forma que donde él este nosotros también estemos (Juan 14:3), por eso el cielo será nuestro destino final, porque le pertenecemos a Dios y somos ciudadanos de su reino (Filipenses 3:20).

sábado, 27 de marzo de 2010

SOMETIÉNDONOS AL SEÑORÍO DE CRISTO

Por Alberto Valdivia
Sermón dominical

Texto: San Lucas 19:29-40

Jesús entra a Jerusalén y es honrado y glorificado como Rey y Señor, fue un momento maravilloso en la que sus seguidores expresaron su fe y nos dejaron una lección de cómo debemos de someternos al señorío de Cristo. Aceptar a Cristo como Rey demanda de nosotros el cumplimiento de ciertos principios, veamos algunos de ellos:

Hay que preparar el camino para que Jesús pase por nuestras vidas (28-35). Los discípulos tuvieron que traer el burrito y preparar la entrada de Jesús a Jerusalén, de esa misma manera nosotros tenemos que preparar nuestros corazones para que el Señor pase por nuestras vidas bendiciéndonos. El burrito es símbolo de humildad, y precisamente Dios está buscando humildad en nosotros para poder manifestarse en nuestras vidas

Hay que poner todo lo que somos y tenemos a sus pies (v.36). El manto era una prenda de gran valor para los hombres de la época, era lo único que le servía para protegerse del sol durante el día y de abrigo durante la noche, ellos al ponerlo a los pies de Cristo estaban simbolizando su entrega y sometimiento total al Señor. Entreguemos nuestras vidas a Dios, pongamos lo más valioso que tenemos, aquellos que nos da seguridad bajo sus pies.

Hay que glorificarle y alabarle con sinceridad y entusiasmo (v.37). Los discípulos se llenaron de entusiasmo y comenzaron a alabar a Cristo por todos los milagros y bendiciones que habían recibido. Su alabanza no fue solo emocional, sino el resultado de haber visto de cerca el poder de Jesús. Solo cuando lo conocemos lo podemos adorar de verdad. No solo es un asunto de abrir nuestros labios, es necesario que cada uno de nosotros estemos entregando nuestro corazón a Dios, experimentar más de su presencia y así alabarle de verdad.

Que nosotros también podamos dar a Jesús la exaltación que recibió al entrar a Jerusalén, entreguemos nuestros corazones y nuestras vidas para Él

lunes, 22 de marzo de 2010

COMO ACERCARNOS A CRISTO

Por Alberto Valdivia Cier
Sermón dominical

Texto: Filipenses 3:7-14

Para seguir a Cristo es necesario que nuestro corazón deje los apegos terrenales y los intereses del mundo y podamos poner nuestros ojos en Dios. Veamos que debemos de hacer para seguir a Cristo de esa manera.

Considerar lo terrenal como cosa de poco valor (v.7-8). Conocer a Cristo, experimentarlo en nuestras vidas, vale más que cualquier cosa en la tierra, debemos de estar dispuestos a dejar todo aquello que nos aleja de Dios. Lo terrenal, si nos aleja de Dios es una perdida y no una ganancia, pues nos priva de experimentar la verdadera felicidad, por eso Pablo lo consideraba estiércol.

Depender de Dios y no de nuestras fuerzas (v.9). No es cuestión de buscar agradar a Dios por nuestras propias fuerzas, nadie puede hacer esto, Dios tampoco nos lo pide, la única forma de poder acercarnos a Él es por medio de la fe en Cristo, quien derrama sobre nosotros su justicia y nos perfecciona para Él.

Unirnos a Cristo en su muerte (v.10-11). Es necesario entregar nuestras vidas a Cristo para que experimentemos su muerte en la cruz y sus sufrimientos y de esa manera ser libres del pecado y así experimentar en nuestros corazones las bendiciones de su resurrección. Dile a Jesús esta oración: “Señor me uno a ti en tu muerte y pongo mis pecados sobre ti, libérame Señor, deseo resucitar contigo y experimentar tu vida”.

No mirar atrás, poner nuestros ojos en Cristo (v.12-14). No hay que mirar hacia atrás, siempre habrá la tentación de volver a poner lo terrenal en el primer lugar de nuestras vidas o a vivir solo para nuestros sentimientos egoístas, debemos de detectar ese engaño y esforzarnos en el Señor a seguir adelante, poniendo nuestra mirada en Jesús, quien es nuestro premio y nuestra meta final.

COMO DEBEMOS DE ADORAR

Por Alberto Valdivia Cier
Mensaje Noche de alabanza

Texto: Juan 4:19-24

Jesús explicó en este pasaje como Dios espera que le adoremos. Deberíamos poner atención a estos principios para que nuestra adoración no se quede en lo superficial. Estudiemos estas cuatro verdades:

Nuestra adoración no depender de lugares ni de métodos (v.19-21)
La samaritana creía que la eficacia de su adoración estaba en el lugar donde adoraban (su monte), Jesús le explica que la adoración verdadera no depende ni de lugares ni de formas, pues Dios no mira eso sino el corazón. Las formas son útiles pero no dependamos de ellas para adorar, ni creamos que la eficacia de la adoración descansa en ellas... tu adoración es verdadera si tu corazón es genuino para con Dios.

Nuestra adoración debe nacer de un conocimiento profundo de Dios (v.22)
Jesús dijo: “adoramos lo que conocemos”, allí estaba el éxito de la adoración de los judíos... entre mas conozcamos de Dios mejor será nuestra adoración, debemos de estudiar la biblia y saber sobre el ser de Dios, sus características y sus obras, solo con ese conocimiento podremos experimentar una adoración plena y profunda, por eso el salmo 119:7 dice: ”te alabaré con rectitud de corazón cuando aprendiere tus justos juicios” hacerlo de todo corazón y en santidad (v.23)

Nuestra adoración debe de ser sincera, de todo corazón y en santidad (v.23)
Jesús explica en este versículo que nuestra adoración debe de hacerse en espíritu y en verdad, ¿qué significa esos dos conceptos?
1. Adorar en espíritu tiene que ver con dar a Dios una adoración de todo corazón, de lo más profundo de nuestro ser, no hay que ser superficial, cantar, aplaudir y nada más, hay que entender lo que hacemos y hay que hacerlo con toda entrega. no es cuestión de hacerlo como un rito, por quedar bien con los demás, o por cumplir, hay que hacerlo con agrado, de todo corazón (sal 111:1)
2. Adorar en verdad tiene que ver con dar a Dios una adoración genuina, nacido de un corazón limpio, que verdaderamente le ama y le honra. Cuando hay pecado, nuestra adoración jamás será en verdad, pues no somos genuinos ante él, debemos antes santificarnos confesando nuestras faltas, para que de esa manera nuestra adoración sea hermosa para dios (Sal 33:1)

Nuestra adoración debe de nacer de un corazón necesitado (v.24)
Jesús dice aquí que es necesario adorar a Dios, ¿por qué?, pues porque la adoración trae beneficio para nuestras almas, nos conecta con el Señor y de esa manera se abre el camino para recibir todas sus bendiciones, por eso debemos de adorar a Dios con necesidad, con extremo deseo y anhelo. Es de esa manera que el salmista buscaba al Señor:

“...mi ama tiene sed de ti, mi carne te anhela” (sal 63:1)

“...anhela mi alma y aún ardientemente desea los atrios del Señor” (sal 84:2

FUERA DE CANAÁN (1ra parte)

Por Alberto Valdivia
Ministerio de varones

Texto bíblico: 1Corintios 10:1-12

En el Antiguo Testamento, la tierra de Canaán era el lugar donde Dios quería que vivieran los israelitas después que los libertó de la esclavitud de Egipto.
Canaán simboliza hoy el lugar donde se cumplen las promesas de Dios en nuestras vidas, el lugar donde Dios lleva el potencial de su pueblo al máximo
Los israelitas no pudieron entrar a Canaán. Fracasaron a causa de las cinco razones fundamentales que se mencionan en 1Corintios 10
Esas cinco razones son las mismas por las que los hombres de hoy no alcanzan a entrar a su tierra prometida, al lugar de reposo. Dios quiere que los hombres vivan en la tierra de Canaán en sus matrimonios, en sus negocios y en sus relaciones familiares
Esos cinco pecados fundamentales todavía siguen siendo una plaga para el hombre actual, que lo aleja de poder lograr su máximo potencial en la vida.

La pasión por lo malo

Pasión significa entrega total ha algo o ha alguien. Todos nos apasionamos por diferentes cosas en la vida, nuestro trabajo, el deporte, la diversión. Mientras la pasión va dirigida a algo positivo y se maneja con control y medida, entonces la pasión suele ser edificante, pero cuando la pasión es desmedida y se orienta a lo malo, entonces termina siendo negativo y destructivo en la vida. Esto nos esclaviza y nos lleva al camino incorrecto. El licor, el juego, las mujeres, etc. puede ser un ejemplo de pasiones desordenadas y maléficas. ¿Cómo podemos controlar nuestras pasiones? Con la ayuda de Dios y el poder del Espíritu en nosotros podemos controlar toda debilidad en nosotros (Ver Filipenses 4:13)

La idolatría

Muchas cosas se pueden convertir en ídolos en nuestras vidas, el poder, la educación, el dinero, los negocios, la popularidad, el ego, etc. Noten que la idolatría de los israelitas no solo consistió en adorar imágenes, sino en comer, beber y divertirse en forma desenfrenada. Nosotros también caemos en este pecado. La idolatría comienza cuando algo se adueña de nuestro corazón y gana todo nuestro interés y atención.
Que Dio sea el que capte toda nuestra atención, que nada ni nadie rivalice con nuestro amor a Dios. Esta es la Clave de la verdadera felicidad, que Dios sea el centro de nuestras vidas

Preguntas:

1. ¿Cuál es la pasión que necesitas doblegar en tu vida?
2. ¿Cuéntanos sobre algún ídolo que has tenido en tu vida?

COMO RECONCILIARNOS CON DIOS

Por Alberto Valdivia Cier
Sermon del domingo

Texto: Lucas 15:11-32

Reconciliación es la acción por la cual dos personas distanciadas se vuelven a amistar. Las parejas, los familiares y los amigos se reconcilian muchas veces, igualmente cada persona debe de sentir la urgente necesidad de reconciliarse con su creador.
Jesús enseñó la parábola del hijo pródigo para mostrarnos los pasos que debemos de dar para experimentar la reconciliación con el Señor. Veamos cuales son esos pasos:

Reconoce tu pecado y humíllate (v. 17-21) Todos nosotros nos parecemos en algo al hijo pródigo, nos revelamos contra Dios, decidimos alejarnos de Él y manejamos nuestras vidas a nuestra manera. Las consecuencias son terribles, alejarnos de Dios y de su bendición produce siempre sequedad e infelicidad. La única manera de revertir esta situación es reconocer nuestra falta, humillarnos y correr nuevamente a los brazos de nuestro Padre celestial y encontrar su perdón

Confía en el amor de Dios (v. 22-24) Nunca pienses que Dios no te recibirá, no existe pecado que nos puede alejar de Dios si es que tenemos un corazón arrepentido. Confiemos en el amor y la misericordia de Dios, Él es amplio para perdonar y siempre está listo para restaurar nuestras vidas. Él hace una fiesta en el cielo cada vez que un pecador se arrepiente

Enfrenta las consecuencias de tus pecados (v. 25-32) Cada pecado tiene una consecuencia negativa que tenemos que enfrentar con humildad y paciencia. Dios nos perdona y restaura nuestro corazón pero permite que suframos las consecuencias de nuestros pecados como una forma de disciplinar nuestro carácter para no volver a caer. Muchas veces otras personas pueden salir heridas por nuestras faltas, tenemos que buscar la forma de enmendar el mal cometido

viernes, 12 de marzo de 2010

EL ARREPENTIMIENTO

Sermón del domingo

Por Alberto Valdivia Cier

Lucas 13:1-9

El pecado nos aleja de Dios y de su bendición, nos roba el gozo y la paz del corazón y nos hace vulnerables al mal. Tenemos que arrepentirnos para ser libres de todo pecado y permitir que el perdón de Dios nos alcance.

Dios nos empuja al arrepentimiento (v. 1-5) Muchas circunstancias negativas de nuestras vidas son producidas por el pecado. Algunas adversidades y catástrofes suceden como advertencias y corrección por nuestra mala conducta. Dios permite estas cosas para llevarnos al arrepentimiento. Muchas veces somos como el mulo que necesitamos de las riendas para ser atraídos a Dios (Salmo 32:9)

Dios nos da oportunidad para el arrepentimiento (v. 6-9) El pecado nos inutiliza, nos convierte en obstáculos en el plan de Dios, mereceríamos ser desechados y puestos aparte, pero Dios en su infinita bondad nos da oportunidad para el arrepentimiento, no ejecuta justicia contra nosotros sino que en su misericordia nos da tiempo para que reaccionemos.

Dios espera nuestro arrepentimiento (v.3,5) Arrepentimiento es dar la espalda al pecado para volverse a Dios. Es un cambio de actitud., es decir no al mal y sí al bien. Para que exista verdadero arrepentimiento es necesario una evaluación profunda de la vida (Apocalipsis 2:5), un reconocimiento genuino de los pecados cometidos (Salmo 5l:31) y experimentar vergüenza y rechazo al mal cometido (Esdras 9:6).

Dios es inmensamente misericordioso, nos da tiempo para el arrepentimiento, debemos de confesar nuestros pecados y recibir su perdón.

domingo, 28 de febrero de 2010

CIUDADANOS DE DOS MUNDOS

Por Alberto Vadivia Cier

Filipenses 3:17-4:1

Así como tenemos una ciudadanía terrenal también tenemos una ciudadanía celestial. Nosotros vivimos en esas dos dimensiones, disfrutamos de esos dos aspectos de la existencia, hay que saber vivir en estos dos mundos de tal manera que nos mantengamos en un un sano equilibrio

Lo terrenal hay que disfrutarlo pero no hay que poner nuestro corazón allí. Pablo nos dice que muchas veces vamos a tener la tendencia de vivir solo para nuestros deseos, de tal forma que hacemos de nuestro deseo un dios a quien adoramos. Esta forma de actuar se llama hedonismo (vivir para el placer).
Lo terrenal también nos puede hacer perder el verdadero valor de las cosas, de tal forma que podemos llegar a sentirnos orgullosos de lo que en realidad es nuestra vergüenza (racismo, autosuficiencia, etc.).
Lo terrenal es utilitario pero no sirve para elevar nuestra mente y nuestras almas, no debemos de poner nuestros pensamientos y prioridades en ello.
Muchos creyentes sin proponérselo se comportan como enemigos de la cruz, porque viven solo en el ámbito terrenal, y no siguen el camino de la cruz que siguió Cristo, quien crucifico lo terrenal en él para darnos la salvación.

Lo celestial debe de colmar toda nuestra expectativa. Todos nuestros anhelos y deseos deben de estar dirigido al cielo, nuestra ciudadanía celestial es la que será eterna por lo tanto es allí donde experimentaremos la plena felicidad. Dos cosas deben siempre llenar nuestros pensamientos y corazones, el anhelo de poder encontrarnos con Jesús nuestro salvador y experimentar por siempre su compañía, consuelo y amor. Él es la fuente de nuestra felicidad, y debe ser el objeto de nuestros sueños y deseos.
También debemos de poner nuestra expectativa en la transformación que el Señor operara en nuestra naturaleza humana, de tal manera que recibiremos cuerpos gloriosos y corazones purificados, aptos para vivir eternamente en el reino de los cielos.

Siempre debemos de evaluar nuestro camino y volver a poner nuestra mirada en lo espiritual, disfrutando con moderación el tiempo presente pero poniendo toda nuestra esperanza en el reino de los cielos

jueves, 25 de febrero de 2010

VENCIENDO LA TENTACIÓN

Por Alberto Valdivia Cier

Lucas 4:1-13

Ser tentado significa ser atraído hacia el mal. Debemos de conocer como opera la tentación y cuales son las armas que Dios nos ha dado para vencer. La victoria de Jesús en el desierto sobre la tentación, nos deja muchas enseñanzas que nos pueden ser de gran utilidad cada vez que el diablo intenta atacarnos.

Somos tentados en nuestras debilidades físicas
Nuestra naturaleza pecadora hace que en nosotros haya debilidades físicas como las pasiones, la flojera, la gula, etc. No vivimos solo para alimentar nuestros deseos físicos, sino principalmente para alimentar nuestra alma con la Palabra de Dios. Llenarnos de la Palabra de Dios nos ayuda a doblegar la carne que vive en nosotros

Somos tentados en el orgullo y la avaricia
El diablo nos ofrece poder, riqueza y gloria terrenal pero lo que él busca con eso es que nuestro corazón quede rendido al mundo y de esa manera nos alejemos de Dios
Debemos decidir solo dar a Dios nuestro corazón y adoración, no buscar las riquezas terrenales sino las espirituales

Somos tentados a dudar de las promesas de Dios
El diablo, utilizando un texto bíblico, le pide a Jesús que se tire al vacío para probar si lo que Dios promete es cierto. Lo que el diablo quiere es sembrar dudas de Dios en todos nosotros. No tenemos que poner a prueba a Dios, nosotros debemos creer en él, aún en los momentos en que parece que no nos responde o todo nos sale mal.

La Palabra de Dios, la fe y la oración son armas poderosas que Jesús usó para vencer la tentación. Nosotros debemos también usar estas armas para vencer las artimañas del diablo y afianzarnos en Dios.

LA VERDADERA FELICIDAD

Por Alberto Valdivia

Lucas 6:17-26

Jesús está sanando y liberando a la gente de demonios, todos los buscaban para ser libres de sus males, entonces Jesús aprovecha esta situación para enseñarles acerca de cómo ellos pueden experimentar la verdadera felicidad

La verdadera felicidad no consiste en poseerlo todo. La riqueza terrenal trae una satisfacción momentánea, pero no es la esencia de la felicidad, felices son aquellos que no son dominados por la urgencia de poseer, que pueden tener cosas materiales pero que su corazón no está puesto en ello sino en el reino de Dios.

La verdadera felicidad no consiste en sentirte satisfecho. El hombre busca satisfacer todas sus necesidades, pero eso nunca se logra del todo, siempre hay algo que no tendremos. A pesar de nuestra carestía en alguna área de nuestras vidas, podemos experimentar la felicidad, pues Dios siempre sabrá suplir o compensar nuestras necesidades.

La verdadera felicidad no consiste en no tener dolor. Los seres humanos quisiéramos nunca llorar y solo reír, sin embargo a todos nos tiene que tocar una porción de sufrimiento, el sufrimiento purifica y perfecciona nuestras vidas, y nos permite buscar y encontrar el consuelo de Dios.

La verdadera felicidad no consiste en ser aceptados por los demás. La gente busca los aplausos de los hombres, quieren agradar a los demás, por eso acomodan su conducta a la exigencia del grupo. Nosotros los cristianos en cambio buscamos agradar a Dios, por eso muchas veces estamos en contra de la corriente, nuestra ética no es agradable para muchos y eso genera antipatía contra nosotros. Recuerden que estamos en el mundo pero no somos del mundo, agradamos a Dios y no al hombre.

LA PESCA ESPIRITUAL

Por Alberto Valdivia Cier
Lucas 5:1-11

Jesús llama a Pedro a ser un “pescador de hombres”. Utiliza la profesión de pescador que tenia el apóstol para compararlo con la tarea espiritual que él tenía que cumplir. En este milagro de Jesús se nos revela importantes principios sobre la pesca espiritual.
Pescar suele ser difícil y puede generar desánimo. El apóstol y sus amigos estuvieron trabajando toda la noche y no lograron pescar nada, eso los desanimo. La pesca espiritual es también difícil, tiene sus momentos de altibajos, la gente endurece su corazón y se alejan de Dios y es difícil atraerlos al evangelio. Debemos de confiar en el Señor y persistir en la tarea. Para pescar con éxito es necesario la acción de Dios. Jesús ayuda a los pescadores a encontrar los peces. De igual manera en el ámbito espiritual Jesús nos guiará a encontrar las personas preparadas para recibir el evangelio, nuestra tarea es “echar la red en su nombre”, para ello debemos de crear oportunidades para la evangelización, el Señor hará lo demás. Debemos creer que el Señor actuará en su tiempo.
Para pescar con éxito es necesario que todos colaboren. Noten que es necesario que muchos puedan ayudar a sacar los peces. La pesca espiritual no es una tarea de uno, sino de todos, por lo tanto debemos de involucrarnos de alguna manera en la evangelización. Invitar personas, repartir folletos, compartir el evangelio, orar por los incrédulos, hay muchas cosas por hacer.
Para pescar con éxito es necesario entregarnos al Señor. Pedro cayo de rodillas ante el Señor y confeso sus pecados. Para cumplir la misión cristiana es necesario entregar más de nuestras vidas a Dios. Él nos usará más en la medida que tenga más de nosotros. Sin embargo, la entrega no solo puede ser espiritual, es necesario que también entreguemos nuestro tiempo y dedicación para él. Pedro y los demás discípulos no solo cayeron de rodillas, también dejaron todo y le siguieron. Que Dios y su obra sea una prioridad en nuestras vidas.

Que el Señor nos ayude a tener una gran “pesca espiritual” para la gloria suya. Amén